Si crees que las cosas se ponen salvajes en tu casa durante la temporada navideña, piénsalo de nuevo: el festival más antiguo de Cuba pone en vergüenza el torneo Monopoly de tres días de tu familia. Cada año, las ciudades de Cuba estallan en una colorida celebración durante días antes de Navidad. Y con la noticia de aliviar las tensiones con los Estados Unidos, las famosas celebraciones del país podrían valer una nueva mirada, ya que la industria del turismo estadounidense mira con cautela los destinos en la República del Caribe.
Conocido como Las Parrandas, el festival de carnaval se originó en Remedios, una de las ciudades más antiguas del país. En 1820, según cuenta la historia, un joven sacerdote notó una disminución en la asistencia a la misa desde el 16 de diciembre hasta Navidad. Con la esperanza de atraer a los feligreses, instruyó a los niños a salir a las calles con latas, cuernos, cornetas, sonajeros o cualquier tipo de ruido, con la esperanza de que el ruido estridente atraería a los feligreses. A medida que la tradición evolucionó, las bandas organizadas comenzaron a tocar música en las calles, compitiendo entre sí por el honor de la mejor actuación. La idea luego se extendió más allá de Remedios y en todo el país.
Junto con la música, Remedios, que todavía alberga las Parrandas más grandes y populares del país, se llena de luz durante el festival. Las lámparas, que fueron una parte original de la celebración, se unen a las adiciones más modernas, como fuegos artificiales y pantallas de luces eléctricas. Cada barrio de Remedios compite con los demás para ver quién puede crear el espectáculo de luces más festivo y opulento. Desde finales de la década de 1870, la competencia se ha centrado en una rivalidad feroz pero amistosa entre dos vecindarios: San Salvador, representado por un gallo, y El Carmen, representado por un halcón.
Al igual que una fiesta callejera o un desfile local, parte del atractivo de Parrandas ha sido su reflejo de la cultura orgánica de la ciudad: se dice que cada festival representa la identidad de una ciudad en particular. En el pasado, las celebraciones a menudo eran organizadas y dirigidas por la gente del pueblo, incluso cuando los financiadores adinerados o los ayuntamientos proporcionaban apoyo económico y logístico. Después de la Revolución Cubana en la década de 1950, las agencias municipales comenzaron a asumir más responsabilidad para planificar Parrandas, quitando un poco de la singularidad local que los festivales habían llegado a encarnar. Pero eso no ha amortiguado la exuberancia salvaje de los asistentes al festival, o las impresionantes exhibiciones que realizan cada año.
Las parrandas alcanzan su punto máximo en la víspera de Navidad, cuando las fiestas callejeras alcanzan su punto álgido con fuegos artificiales, carrozas iluminadas adornadas, bailes y desfiles. A lo largo de los años, las festividades de Parrandas se han extendido por Cuba, pero para experimentar la verdadera energía del festival, Remedios sigue siendo el lugar de referencia. ¿No puedes ir a Remedios para las festividades? La ciudad opera un museo dedicado a Parrandas durante todo el año.