Cuando mi hija era pequeña, la llevaba al Museo Americano de Historia Natural en la ciudad de Nueva York. Allí, explicaría por qué desaparecieron los dinosaurios y cómo evolucionó la humanidad desde nuestros primitivos antepasados. Ella parecía embelesada. Pero hace unas semanas, después de escucharme en la radio hablar sobre un nuevo libro sobre Charles Darwin, mi hija, que ahora tiene 25 años, sugirió que revocamos los roles: me llevaría al museo. Ella dijo que mi comprensión del darwinismo necesitaba algunos ajustes.
Así comienza el excelente ensayo de la última página de Joe Queenan, Darwin for Dads, en la edición de agosto de la revista Smithsonian, ahora en línea. Es otro mes lleno de ciencia. Aquí están los aspectos más destacados:
Río de las riquezas: Cahaba, una vía fluvial no reconocida de Alabama, resulta ser uno de los lugares con mayor diversidad biológica de la nación
Encontrar la tumba de Herodes: los arqueólogos y los cazadores de tesoros habían explorado durante mucho tiempo una montaña fuera de Jerusalén en busca del lugar de descanso del rey bíblico. Ehud Netzer está seguro de que lo ha encontrado, a pocos pasos de donde estaba décadas antes.
Locos por las conchas: Durante siglos, científicos, coleccionistas y ladrones arriesgaron la vida, las extremidades y la fortuna para recolectar los especímenes más raros. Ahora el interés se está volviendo hacia el potencial médico de los animales dentro
La visión de Galileo: hace cuatrocientos años, el científico italiano miró al espacio y cambió nuestra visión del universo. Una nueva exhibición trae uno de sus telescopios a los Estados Unidos por primera vez
Pensamiento del cielo azul: cómo una mezcla improbable de ambientalistas y conservadores de libre mercado forjó la estrategia conocida como cap-and-trade
El Big Bang de la evolución: un tesoro de fósiles del Burgess Shale de Canadá está dando nuevas pistas sobre una explosión de vida en la tierra
Descifrando el código: los científicos del Smithsonian codifican por código de barras cada planta en una pequeña isla cerca de Washington, DC
Cosas salvajes: serpientes, arrendajos siberianos, simios risueños, perros de aspecto culpable y una nueva estructura vegetal: raíces de nieve