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Al hablar sobre temas personales, a la gente le gustan las habitaciones más grandes y los escritorios más grandes

Imagen: Penn State News

Estás a punto de confesarle a alguien algo realmente profundo, oscuro y personal. Pero la habitación se siente un poco claustrofóbica, y estás demasiado cerca de tu confidente. Así que te vuelves loco.

Aparentemente, las personas prefieren habitaciones grandes y mucho espacio cuando discuten temas personales. Un nuevo estudio pidió a 86 participantes que hablaran con una estudiante en diferentes entornos, combinando un pequeño escritorio, un escritorio grande, una habitación pequeña y una habitación grande. Las preguntas que los participantes tuvieron que responder fueron personales: sobre sexualidad, consumo de drogas y emociones. Y fueron filmados mientras hablaban. Resulta que aquellos con el gran escritorio en una gran sala se sintieron mucho más cómodos respondiendo esas preguntas, y más abiertos a hablar sobre las preguntas incómodas. Esto no fue solo cierto según las propias percepciones de los participantes, tampoco. Research Digest explica:

Los participantes también se comportaron de manera diferente en las diversas situaciones físicas. En la sala más grande, se inclinaron más hacia adelante y tuvieron una postura más abierta. Se apoyaban más en el escritorio más grande que en el pequeño. En la sala más grande, también hicieron más contacto visual en un escritorio grande en comparación con un escritorio pequeño.

Pero la gran sala y el escritorio no fueron el mejor indicador de cuánto compartieron los participantes. Al hablar sobre el abuso de sustancias, la gente hablaba más en la sala más grande, independientemente del tamaño del escritorio. Pero cuando se trataba de sexualidad, lo que importaba era el tamaño del escritorio.

Estas variables son importantes porque ajustarlas podría ayudar a los psiquiatras y terapeutas a configurar mejor su espacio para que las personas se sientan cómodas y hablen más. Por supuesto, no es una ciencia exacta. El tamaño de la habitación también podría haber cambiado las técnicas del entrevistador sin que ella lo supiera. Y aunque a los participantes les gustaron más las salas y escritorios más grandes, el efecto en su divulgación fue mucho menor de lo que los investigadores esperaban. Y, una vez más, este es un estudio realizado en estudiantes de pregrado, que no siempre son los mejores representantes de la psicología humana general.

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