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La teoría de la observación de serpientes enfoca la visión de los primates

Los humanos no estamos solos en nuestra aversión a las serpientes. Nuestros primos primates también temen a las serpientes. Y por una buena razón: las serpientes comen primates. Las serpientes se han aprovechado de los primates durante millones de años, y algunos investigadores piensan que podrían ser la razón por la que nosotros, y nuestros compañeros primates, tenemos tan buena vista.

La buena visión es un sello distintivo del orden de los primates. En comparación con muchos otros mamíferos, los primates tienen ojos orientados hacia adelante más espaciados que permiten una gran superposición entre el campo visual de cada ojo, lo que a su vez le da a los primates una visión tridimensional o estereoscópica y un buen sentido de percepción de profundidad.

A principios del siglo XX, los científicos atribuyeron el agudo sentido de la vista de los primates a su estilo de vida arbóreo. Los antepasados ​​de los primates necesitaban juzgar con precisión las distancias entre las ramas de los árboles antes de dar un salto, por lo que la teoría fue. Pero esa hipótesis perdió el favor en la década de 1970 después de que el antropólogo biológico Matt Cartmill, ahora en la Universidad de Boston, señaló que muchos otros animales acrobáticos que habitan en los árboles, como las ardillas, pasan sin un sistema visual tan avanzado.

Cartmill ofreció su propia explicación, llamada "hipótesis de la depredación visual": los primeros primates necesitaban excelentes habilidades visuales para cazar y atrapar insectos. Otra hipótesis es que los primates necesitaban ver bien para arrancar los frutos de los extremos de las ramas de los árboles.

Más recientemente, las serpientes entraron en escena. En 2006, la antropóloga Lynne Isbell de la Universidad de California en Davis argumentó que los primeros primates fueron acechados por serpientes constreñidas, y fue muy beneficioso ver a estos depredadores camuflados antes de que fuera demasiado tarde. Más tarde, algunos monos y simios en África y Asia comenzaron a vivir junto a serpientes venenosas, lo que condujo a más avances visuales.

Pero la idea puede no ser válida, según los autores de un estudio reciente en el Journal of Human Evolution. Dirigido por el ecologista conductual Brandon Wheeler del Laboratorio de Etología Cognitiva en el Centro Alemán de Primates, el equipo probó la hipótesis de la serpiente al observar variaciones en las habilidades visuales de los primates modernos (en términos de visión estereoscópica, medida por la cercanía de los ojos) para ver si los primates con la mejor vista tenían la historia evolutiva más larga de coexistir con las serpientes y la mayor probabilidad de encontrarse y ser atacados por ellas.

El equipo no encontró ninguna correlación entre la exposición de las serpientes y la visión de los primates, y concluyó que los ataques de serpientes no impulsaron la evolución de una mejor vista. Aún así, dicen los investigadores, la detección de serpientes fue definitivamente un efecto secundario beneficioso, independientemente de por qué evolucionó una mejor visión.

La teoría de la observación de serpientes enfoca la visión de los primates