No es demasiado exagerado pensar que los delfines, dada su naturaleza lúdica y encanto, conversan entre sí como lo hacemos nosotros. ¿Pero es éste realmente el caso? Y si es así, ¿hasta qué punto sus llamadas aparentemente aleatorias indican una inclinación natural por el lenguaje?
La investigadora de delfines Denise Herzing ha pasado casi tres décadas escuchando sobre tales ruidos con la esperanza de descifrar lo que ella sospecha es una charla real sobre delfines. Pero no fue hasta que trató de enseñarle a los delfines a llamar palabras específicas en inglés, y respondieron, que se dio cuenta de que pudo haber golpeado algo grande.
Desde 1985, Herzing, con el Proyecto Wild Dolphin, ha utilizado equipos de sonido y video submarinos para estudiar el sistema de comunicación natural de una manada especialmente amigable de delfines que vive en un tramo de las Bahamas cerca del extremo sur de Florida, acumulando una base de datos que perfila sus relaciones, sonidos y comportamiento, y cómo estas cosas han cambiado con el tiempo.
El último objetivo en esa investigación ha sido tratar de usar las propias señales de los delfines para comunicarse con los animales. En agosto pasado, el equipo tuvo un gran avance. Los investigadores, durante una prueba de un dispositivo de traducción portátil, capturaron un silbido único que les habían enseñado a los delfines, y el dispositivo lo tradujo instantáneamente al inglés.
¿La palabra? "Sargazo", un tipo de alga marina que a menudo se usa como juguete durante las interacciones de los buzos con los delfines.
"Sabemos que los delfines en cautiverio son imitadores acústicos rápidos [y] espontáneos y [también] excelentes, y que pueden asociar sonidos con objetos", dice Herzing. "No sabemos si hacen esto en su sistema de comunicación 'natural'. Pero sabíamos que ellos tienen la flexibilidad cognitiva como especie, por lo que pensamos que crearíamos una herramienta para ver qué harían con ella ".
No faltan investigaciones sobre la forma en que interactúan los delfines. El animal etiqueta e identifica a los demás en su grupo con silbatos. Y en la década de 1970, los investigadores descubrieron que a Akeakamai, un delfín nariz de botella especialmente brillante alojado en el Laboratorio de Mamíferos Marinos de la Cuenca Kewalo en Honolulu, se le podía enseñar, a través de un tipo de lenguaje de señas, a comprender las diferencias sintácticas, o la forma en que se baraja Los arreglos de gestos con las manos se pueden utilizar para transmitir un mensaje particular.
Pero establecer una comunicación acústica bidireccional utilizando un Los bloques de construcción clave del lenguaje, es decir, los sonidos específicos que pueden reconocerse, comprenderse y expresarse mutuamente, era algo que durante mucho tiempo había estado fuera del alcance de los investigadores de delfines.
Herzing quería al menos intentar romper esa barrera. Comenzó a fines de la década de 1990 enseñando a los delfines cómo reconocer y solicitar objetos, junto con el nombre de tres investigadores, combinándolos con sonidos y símbolos artificiales en un teclado. En última instancia, el enfoque no dio el tipo de resultados que ella esperaba.
La investigadora Denise Herzing usa el dispositivo de audición y telemetría de cetáceos (CHAT), diseñado para enseñar a los delfines el nombre de los objetos usando silbidos distintos y traducir las llamadas de los animales al inglés. (Proyecto de delfines salvajes) Pero desde el año pasado, los buzos han estado experimentando con la audición y telemetría de los cetáceos (CHAT), un dispositivo que se usa en el pecho del tamaño de un horno tostador. Desarrollado en colaboración con el investigador de inteligencia artificial y el líder del proyecto Google Glass Thad Starner, el sistema fue programado para producir silbidos distintos que correspondían a objetos como una bufanda, una cuerda o sargassam, todo lo cual los investigadores emplearon en su tiempo de juego regular con los animales. Usando una fórmula algorítmica sofisticada que toma en cuenta variables como el ruido de fondo y la dirección y el ángulo desde el cual se producen los sonidos, CHAT también puede detectar cuándo los animales emiten estos sonidos (hasta 100 pies de distancia) y reproducirlos instantáneamente en inglés .
Después de cada inmersión, los archivos de sonido recopilados se extraen del dispositivo a través de WiFi y luego se revisan en busca de tipos de sonido y coincidencias, dice Herzing. El sistema también registra toda la actividad de la caja, "incluso cuándo se reproducen los sonidos, cuándo se reciben y qué coinciden", dice.
Agosto fue la primera vez que el silbato de "algas" fue atrapado y traducido por Herzing y su equipo. Ella espera que la tecnología, aunque prometedora, también se pueda usar para determinar si los sonidos de los delfines se expresan como unidades singulares de información o si pueden tener un significado más matizado.
"Si dices DIVERSIÓN y SOL, la ' f ' y la ' s ' son unidades únicas de sonido que se pueden usar con la ONU", dijo Herzing Cableado del Reino Unido . "El poder combinatorio de estas unidades es parte de lo que hace que el lenguaje humano sea poderoso. Simplemente no hemos podido ver este tipo de detalles de los sonidos de delfines en el pasado , pero los programas de computadora ahora lo están haciendo posible".
Justin Gregg, investigador del Dolphin Communication Project y autor de Are Dolphins Really Smart? The Mammal Behind the Myth, duda de que los sonidos inducidos por delfines se usen para comunicar algo más allá de los nombres de objetos y los propios estados emocionales de los delfines.
En un editorial del Wall Street Journal, atribuye lo que llama la noción sin fundamento de que los delfines usan el lenguaje de las teorías salvajes expuestas por el famoso neurocientífico John Lilly, quien sostuvo que al descifrar el "código de los delfines", los humanos podrían decodificar los idiomas de los extraterrestres.
"Creo que los últimos 50 años nos han demostrado que es poco probable que su sistema de comunicación funcione como el lenguaje humano con palabras y gramática", dijo al sitio Txchnologist . "Pero mucha gente tiene la esperanza de tener un idioma".
Herzing, sin embargo, argumenta que la dificultad para desentrañar el significado detrás del chillido de un delfín tiene menos que ver con que tales suposiciones sean inherentemente defectuosas y más que ver con los inmensos desafíos que conlleva realizar estudios en un entorno acuático.
"En mi libro, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia", dice. "Me imagino que encontraremos que los delfines, y probablemente muchas otras especies, hacen muchas cosas que no podíamos imaginar antes de comenzar a buscar. Entonces, en lugar de tratar de socavar estos estudios, presentemos algunas herramientas creativas. ¡Quiero decir que los delfines son realmente inteligentes! Averigüemos qué tan inteligente.
Mientras tanto, Herzing, quien ha sido descrito como el equivalente en cetáceos de la famosa investigadora de chimpancés Jane Goodall, planea ajustar el dispositivo para que los investigadores pueden atrapar más silbatos, particularmente aquellos a frecuencias más altas. El año pasado, dice, parecía que "los delfines intentaban imitar algunos silbidos, pero los colocaron en frecuencias más altas de lo que esperábamos".
También está llevando a cabo un segundo proyecto con el Instituto de Tecnología de Georgia utilizando el reconocimiento de patrones. "Podríamos comenzar a incorporar algunos de sus otros sonidos, además de silbidos característicos, en el sistema CHAT", dice ella. Pero ese desarrollo está a meses o años de distancia.
"Simplemente necesitamos más tiempo en el campo con los delfines para exponerlos al sistema y ver qué hacen", dice. "Se trata de obtener más en su ancho de banda".
