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Un campo submarino de bolas de metal extrañas es clave para el pasado y el futuro

En enero, mientras un equipo de científicos alemanes estaba en el Atlántico tropical buscando organismos en el fondo del mar profundo, su trineo epibentico, utilizado para tomar imágenes y recolectar muestras biológicas, parecía engancharse en algo. Lo levantaron y, cuando salió a la superficie, la red de recolección contenía extraños orbes de metal: densos, pesados ​​y antiguos.

Pero lo que la foto del fondo marino tenía que mostrar fue aún más emocionante:

La cámara subacuática del equipo revela un vasto depósito de nódulos de manganeso. La cámara subacuática del equipo revela un vasto depósito de nódulos de manganeso. (Nils Brenke, CeNak)

Habían encontrado un vasto campo de bolas de metal, el mayor depósito de nódulos de manganeso que se haya encontrado en el Atlántico.

"Los nódulos de manganeso se encuentran en todos los océanos. Pero se sabe que los depósitos más grandes se producen en el Pacífico. No se conocen nódulos de este tamaño y densidad en el Atlántico", explicó el científico principal de la expedición, Colin Devey, en un comunicado de prensa.

Aunque este depósito consiste en orbes que van desde el tamaño de una pelota de golf hasta el tamaño de una bola de boliche, la mayoría de los nódulos de manganeso son masas más planas. Están "formados de capa sobre capa de mineral de metal que cristaliza lentamente alrededor de un núcleo" que puede ser un "fósil, una roca o un fragmento de otro nódulo", informa LiveScience. Más allá del manganeso, pueden consistir en otros metales como cobalto, cobre o zinc.

La composición de los nódulos hace que esto encuentre un posible beneficio para las empresas tecnológicas. Como señala Popular Science, las bolas son "una fuente potencial de los elementos de tierras raras que las empresas utilizan para fabricar productos electrónicos de alta tecnología, como los teléfonos inteligentes". La ciencia conoce esta posibilidad desde hace algún tiempo, pero la dificultad de alcanzar tales depósitos, que normalmente se encuentran debajo de 1, 600 y 1, 800 pies de agua, era prohibitivo para una mayor exploración.

Pero el verano pasado, la ONU entregó los primeros permisos de minería en aguas profundas, abriendo el campo para las empresas que buscan los metales de tierras raras de gran valor. Poco se sabe sobre los riesgos ambientales de la minería en aguas profundas, aunque un descubrimiento de este tipo puede proporcionar una plataforma para la experimentación.

Los científicos también tienen motivos para estar bastante entusiasmados con la mega colección de nódulos de manganeso. Se cree que las bolas con forma de perla se forman tan lentamente que ganan solo milímetros durante millones de años. Eso significa que sus capas contienen información vital sobre condiciones ambientales extremadamente antiguas. Estas bolas extrañas pueden contener todo tipo de información nueva sobre la historia de la Tierra.

Un campo submarino de bolas de metal extrañas es clave para el pasado y el futuro