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Un acto de fe y el arte del restaurador

Sergio Fusetti estaba de pie junto al altar cuando escuchó un sonido como un trueno distante retumbando a través de su preciosa iglesia, la Basílica de San Francisco en Asís. Instintivamente, levantó la vista. Las grietas se agrietaban a lo largo de las paredes y el techo con frescos. Se estremeció cuando la basílica entera se levantó. Solo entonces corrió hacia la puerta cuando la basílica se derrumbó a su alrededor. Arrastrándose con un brazo, se las arregló para liberarse y tropezar hacia el sol de septiembre.

Trágicamente, cuatro personas fueron asesinadas. Al igual que Fusetti, estaban inspeccionando el daño de un temblor anterior cuando el terremoto principal, que medía casi 6.0 en la escala de Richter, se estrelló contra la basílica de 750 años a las 11:42 am del 26 de septiembre de 1997. Para cuando el polvo se habían asentado, unos 2.300 pies cuadrados de frescos, incluidas obras trascendentes atribuidas a los artistas florentinos Giotto y Cimabue, se habían derrumbado, rompiéndose en decenas de miles de fragmentos.

Ubicada en la ciudad medieval amurallada de Asís, a 118 millas al sureste de Florencia, la basílica es, sin duda, uno de los logros artísticos, arquitectónicos y espirituales fundamentales de la humanidad. En realidad, dos iglesias construidas juntas, una encima de la otra, la basílica atrae a millones de visitantes que acuden allí para maravillarse con el conjunto incomparable de frescos y rendir homenaje a la cripta que contiene los huesos del hijo más famoso de la ciudad.

Este mes, después de dos años de minuciosa reconstrucción, la Iglesia Superior de la basílica, cerrada desde el terremoto, está programada para reabrir. Una intrigante combinación de ingeniería de alta tecnología, tecnología informática de vanguardia y la ciencia exacta del arte del restaurador, la reconstrucción hará que la basílica sea prácticamente a prueba de terremotos. El Papa Juan Pablo II ha sido invitado a dirigirse a las ceremonias de apertura.

Un acto de fe y el arte del restaurador