El contacto visual no deseado con extraños nos hace retorcernos. Ahora, los investigadores han descubierto por qué es eso. Como resultado, llamar la atención de otra persona nos hace más conscientes de sí mismos, y por lo tanto, conscientes de nuestros propios cuerpos, informa Research Digest.
Los investigadores pidieron a 32 voluntarios que miraran una serie de fotos. Cada una de las fotos mostraba a un hombre o una mujer. Algunas de las personas fotografiadas en la foto miraban directamente a la cámara, mientras que otras estaban mirando hacia otro lado. Después de ver cada imagen, los investigadores preguntaron a los participantes sobre cuán fuertemente reaccionaron a ella, y al mismo tiempo tomaron medidas de la conductividad de su piel, lo que se correlaciona con la carga emocional que tenían, describe Research Digest.
Las personas que vieron las imágenes informaron sentirse más sintonizadas emocionalmente con las fotos que hacen contacto visual, y su fisiología lo reflejó. Como dijeron los investigadores, "Nuestros resultados respaldan la opinión de que la conciencia corporal de los adultos humanos se agudiza cuando son sometidos a la mirada de otro".
Parece probable que ese efecto sea aún más fuerte en persona, aunque los investigadores no probaron esa hipótesis. Sin embargo, de ser cierto, podemos culpar a nuestra propia conciencia de sí mismo por la sensación incómoda que tenemos al ver a un extraño en un tren o en la calle.