Al río Mississippi no le gusta quedarse donde está, pero la mayoría de los ríos prefieren deambular, expandiéndose más allá de sus orillas en ocasiones, en otras ocasiones forjando nuevos caminos a través del paisaje. Esto no es un problema a menos que haya construido ciudades y pueblos y granjas en sus bancos, como lo hemos hecho. Y así ocurren las inundaciones, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para controlar las aguas y mantener nuestros ríos seguros y predecibles.
Las inundaciones actuales del río Mississippi están avanzando lentamente hacia el sur (eso es Memphis en las fotos de Landsat, el 10 de mayo (arriba) y el 21 de abril; las aguas alcanzaron casi 48 pies), y ya se han sumergido más de 3 millones de acres de tierra y miles de personas han sido expulsadas de sus hogares. Se espera que esas aguas suban en los próximos días en Louisiana, donde el estado tiene que tomar una decisión bastante desagradable: abrir el aliviadero Morganza al norte de Baton Rouge, inundando así las granjas durante 200 millas, o tratar de saquear una distancia similar en diques y espero que no estén sobrepasados. Si los diques no aguantan, Nueva Orleans se ahogará en más agua de la que vio la ciudad durante el huracán Katrina.
(NASA / USGS) (NASA / USGS)Si el agua se desviara, descendería por un río del río Mississippi, el río Atchafalaya, que es la ruta más corta hacia el océano y la ruta que el río puede preferir ahora. El Mississippi no siempre ha drenado en el Golfo de México en su ubicación actual; ese punto ha estado tan al oeste como Texas y tan al este como el panhandle de Florida en el pasado geológico. Los científicos en la década de 1950 predijeron que el río pronto desviaría su curso y fluiría hacia el Golfo a través del Atchafalaya, lo que dejaría inutilizable el puerto de Nueva Orleans y colocaría Morgan City al oeste bajo el agua. En la década de 1960, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estableció el sistema de control de inundaciones que existe hoy en día, dividiendo el agua del Mississippi para que solo el 30 por ciento fluya por el Atchafalaya y preservando el status quo. Pero no está claro si ese sistema sobrevivirá a esta última ronda de inundaciones (Salon tiene una buena reseña sobre este tema).
Lo que me lleva a algo que he estado reflexionando todo el día: si el Mississippi drena por el Atchafalaya, ¿nuestro río más famoso tomaría ese nombre? ¿O dejaría de existir el Atchafalaya? Lo sé, es un asunto pequeño, pero prefiero pensar en eso que en la muerte y la destrucción.
Echa un vistazo a la colección completa de las fotos de la semana de Surprising Science en nuestra página de Facebook.