La pequeña rana de Gardiner no posee tímpano. Pero ha surgido un truco evolutivo conveniente para evitar eso. La pequeña rana peculiar de las Seychelles usa su boca como una cámara de eco, lo que le permite "escuchar" las vibraciones producidas por el sonido. National Geographic explica cómo los investigadores se burlaron de este sistema:
Cuando el equipo agregó la boca del animal a sus simulaciones, descubrieron que resuena a una frecuencia de 5, 738 Hertz. Los sonidos de esta frecuencia hacen que la boca reverbere fuertemente, convirtiéndola en un amplificador.
¿Y adivina cuál es la frecuencia promedio de la llamada de la rana? Son 5.710 Hertz, aproximadamente una nota F, cuatro octavas por encima del centro C.
Las imágenes de rayos X revelaron solo una delgada película de tejido que separa la boca de la rana y el oído interno, escribe LiveScience, sugiriendo que perdieron su oído medio y el tímpano por caprichos de la evolución en algún momento.
Sin embargo, la boca de la rana no es una oreja perfecta. Cuando los científicos escucharon llamadas de otras ranas, escribe NatGeo, la rana de Gardiner no reaccionó, posiblemente porque no pudo captar las vibraciones de esas notas que no son F.
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