En 1995, el telescopio espacial Hubble capturó lo que podría ser su imagen más icónica, los Pilares de la Creación. La impresionante foto muestra tres apéndices en forma de dedo que se elevan hacia arriba con uno más pequeño, que recuerda a un pulgar, debajo. Los pilares, que se encuentran en la Nebulosa del Águila a unos 7, 000 años luz del sol, están compuestos de hidrógeno molecular y polvo. Sirven como incubadoras de estrellas, con estrellas jóvenes y calientes que se forman dentro de los pilares a medida que las nubes de gas y polvo colapsan sobre sí mismas.
Ahora, el Observatorio Europeo Austral en Chile ha publicado imágenes de estructuras recientemente descubiertas que ellos llaman los "Pilares de la Destrucción Cósmica" capturados usando el Very Large Telescope de ESO, una colección de cuatro telescopios que trabajan juntos. Los investigadores detectaron los pilares, también conocidos como trompas de elefante, dentro de la Nebulosa de Carina, que se encuentra a unos 7, 500 años luz de la Tierra. La nebulosa se encuentra entre las "guarderías estelares" más grandes de la Vía Láctea, y cada pilar dura unos tres años luz, escribe Ben Guarino en The Washington Post .
Los investigadores estudiaron la neblina utilizando el Explorador espectroscópico de unidades múltiples (MUSE), conectado al telescopio, que tomó miles de imágenes de los pilares a diferentes longitudes de onda de luz. A partir de estos datos, crearon imágenes en 3D para comprender las propiedades de las estructuras.
El resultado es una bella representación de la formación de una estrella, que involucra tanto la muerte cósmica como la vida cósmica. Guarino explica:
Nuevas estrellas nacen del colapso de nubes de material interestelar. Desde adentro, los cuerpos celestes jóvenes comienzan a comerse la nube madre, bañando las moléculas de gas en radiación tan fuerte que puede cortar electrones de los átomos. Cerca, también, las estrellas ya formadas explotan las nubes con potentes emisiones.
La radiación medida de estas estrellas de noticias es tan fuerte que hace que las nubes se dispersen, señala Guarino, que se conoce como fotoevaporación. Entonces, una vez que se forman las estrellas, la radiación que emiten destruye el pilar que las generó.
También es posible que la radiación y el viento estelar de las estrellas masivas puedan soplar el gas y el polvo en concentraciones más densas, creando más estrellas dentro del pilar. Los investigadores publicaron sus hallazgos en los Avisos mensuales de la Royal Astronomical Society.