Como muchos menores de 21 años saben, no es difícil pasar como alguien que usa una identificación falsa, incluso si la foto no es la misma. ¿Pero se están escapando porque a los gorilas no les importa realmente? ¿O es un problema con la tecnología, la imagen de identificación? ¿Podría esa misma falibilidad extenderse a entornos más serios, como los controles de seguridad del aeropuerto?
Los investigadores decidieron investigar qué tan buenas son las personas promedio para hacer coincidir la cara de una persona con su foto de identificación. Reclutaron voluntarios para mirar más de 200 pares de fotos recientes de adultos e intentar identificar correctamente si una foto de identificación de la universidad, tomada siete años antes, era la misma persona. Los investigadores también mezclaron la frecuencia de las falsificaciones, variando los pares de falsificaciones del 50 por ciento a falsificaciones del 10 por ciento, describe Z News.
En promedio, la gente no pudo llamar a un falso 10 a 20 por ciento del tiempo. Pero les fue peor cuando las identificaciones falsas aparecieron con menos frecuencia, incluso cuando los investigadores les recordaron a los voluntarios que se tomaran su tiempo. La iluminación y los ángulos diferentes, los nuevos estilos de maquillaje, los cortes de pelo o los cambios de peso fueron suficientes para hacer tropezar a las personas.
Estos experimentos se llevaron a cabo en el laboratorio, no en un bar o un aeropuerto, pero los investigadores señalan que ese entorno es realmente ideal en comparación con el mundo exterior, donde los bebés que lloran, un descanso atrasado o una lista interminable de otros factores y distracciones podrían agrava aún más la capacidad de un agente de seguridad para discernir identificaciones falsas de las reales. Sin embargo, los voluntarios en este estudio no eran profesionales, por lo que todavía podemos esperar que los agentes de la TSA sean mejores en esta actividad que la persona promedio.