https://frosthead.com

Cómo aparece la depresión de una madre en el ADN de su bebé

Se estima que 1 de cada 9 mujeres experimentan síntomas de depresión posparto. Estos síntomas, que incluyen cambios de humor, fatiga y menor interés en las actividades, pueden dificultar que las madres se unan con sus recién nacidos.

contenido relacionado

  • Sus experiencias infantiles pueden cambiar permanentemente su ADN

Las relaciones tempranas entre las madres y sus bebés pueden influir en la salud a lo largo de la vida, para bien o para mal. Por ejemplo, los adultos que informan más disfunción y abuso en el hogar durante su infancia tienen más probabilidades de sufrir enfermedades en la edad adulta. Aquellos con relaciones saludables y de apoyo durante la vida temprana son mejores para manejar el estrés y regular sus emociones.

Sin embargo, los científicos no entienden por completo cómo estos entornos se “quedan debajo de la piel” para dar forma a la salud. Nuestro último artículo, publicado en noviembre, muestra un posible vínculo entre el aumento de los síntomas de depresión en las madres y el daño celular en sus bebés.

Telómeros y salud

¿Cómo afecta el estrés a nuestras células? Un área de investigación creciente se centra en los telómeros.

Los 46 cromosomas humanos se muestran en azul, y los telómeros aparecen como puntos blancos. Los 46 cromosomas humanos se muestran en azul, y los telómeros aparecen como puntos blancos. (Galería de imágenes de NIH, CC BY-NC)

Los telómeros son tapas al final de nuestro ADN que protegen los cromosomas. Son análogos a las puntas de plástico al final de los cordones de los zapatos que evitan que los cordones se desmoronen. En esencia, estas tapas de plástico mantienen los cordones funcionales. Lo mismo puede decirse de sus telómeros.

Como la longitud de los telómeros se ve afectada por nuestra genética y edad, a veces se los considera parte de un "reloj biológico" que refleja la edad de nuestras células. A medida que los telómeros se acortan con el tiempo, es más probable que las personas experimenten una serie de resultados negativos para la salud, como enfermedades cardiovasculares, demencia, diabetes, cáncer, obesidad e incluso la muerte.

Curiosamente, los telómeros pueden degradarse más rápidamente cuando una persona sufre de estrés psicológico. Cuando experimentamos estrés, nuestros cuerpos liberan una hormona llamada cortisol, que influye en nuestras respuestas emocionales, así como en nuestro metabolismo energético, aprendizaje y memoria. Este puede ser un mecanismo que conecta el estrés psicológico con la longitud de los telómeros y, en última instancia, con la salud física. Las células que están expuestas al cortisol tienen telómeros más cortos y menos telomerasa, que es la enzima responsable de mantener los extremos de los telómeros.

Este proceso puede explicar cómo el estrés psicológico se convierte en "desgaste natural" biológico. De hecho, los adolescentes con madres deprimidas han aumentado las respuestas al estrés por cortisol y los telómeros más cortos que sus pares, incluso cuando los adolescentes no están deprimidos.

Nuestro estudio

Examinamos si el aumento de los síntomas depresivos maternos afectaba el estrés infantil y luego la salud celular.

La infancia es un período sensible, cuando las personas están fuertemente influenciadas por su entorno. Una forma de estudiar cómo el estrés temprano puede influir en la salud es observar cómo responden los bebés al estrés de sus padres. Los estudios sugieren que los bebés expuestos a la depresión materna pueden ser menos propensos a participar socialmente y experimentar más emociones negativas.

Para nuestro estudio, reclutamos a 48 madres con bebés de 12 semanas y seguimos a estas familias hasta que los bebés tenían 18 meses. A los 6 y 12 meses de edad, los bebés fueron llevados al laboratorio para realizar tareas levemente estresantes. Por ejemplo, en el "experimento de la cara inmóvil", las madres alternaban entre jugar con su bebé y no reaccionar a las ofertas de su bebé para llamar la atención. Esto puede provocar estrés en los bebés, ya que dependen de sus cuidadores no solo para alimentarlos, sino también para calmar sus emociones.

Durante cada visita, medimos el estrés de los bebés recolectando muestras de saliva para observar los cambios en el cortisol. También recopilamos información sobre cuántos síntomas de depresión sentían las madres. Finalmente, cuando los bebés tenían 18 meses de edad, llevamos a las familias a nuestro laboratorio y recolectamos saliva para medir la longitud de los telómeros del bebé.

Empeoramiento de los síntomas de depresión en madres relacionados con mayores respuestas de estrés de cortisol infantil entre los 6 y 12 meses de edad. Además, los lactantes con mayores respuestas al estrés por cortisol tenían más probabilidades de tener telómeros más cortos a los 18 meses de edad, lo que indica un mayor desgaste celular.

Mejor salud mental.

Si bien estos hallazgos son preliminares y deben replicarse con un grupo más grande de bebés, nuestros resultados destacan cómo los patrones de salud a lo largo de la vida pueden verse influenciados en los primeros 18 meses de vida. Este estrés temprano puede poner a los niños pequeños en el camino de la aparición temprana de malos resultados de salud.

El lado positivo es que la infancia es un período de desarrollo sensible, cuando los humanos responden especialmente a sus entornos. Fomentar experiencias positivas entre los bebés y sus madres, así como proporcionar servicios de tratamiento asequibles y con respaldo científico para las madres que sufren depresión, puede permitir que los bebés avancen hacia una trayectoria de vida más saludable.

En nuestra opinión, estos resultados muestran lo importante que es financiar un tratamiento efectivo de salud mental materna y políticas de primera infancia.


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. La conversación

Benjamin W. Nelson, Estudiante de Doctorado en Psicología Clínica, Universidad de Oregon

Heidemarie Laurent, profesora asistente de psicología, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign

Nick Allen, Ann Swindells Profesor de Psicología Clínica, Universidad de Oregon

Cómo aparece la depresión de una madre en el ADN de su bebé