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Los perros también imitan las expresiones de los demás

Esta semana, millones de personas en todo el mundo sin duda experimentarán un mimetismo rápido —un reflejo involuntario, en una fracción de segundo, de las expresiones faciales de otra persona— mientras intercambian sonrisas por regalos, buenas comidas y tradiciones navideñas. Este fenómeno, observado en humanos y en muchos otros primates, se considera un componente básico de nuestra capacidad de sentir empatía.

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"Cuando su compañero o amigo sonríe, no sabe exactamente por qué, pero reacciona de inmediato con la misma sonrisa", dice Elisabetta Palagi, bióloga evolutiva de la Universidad de Pisa en Italia.

"Es un fenómeno extremadamente importante, porque a través de este mimetismo puedes sentir la misma emoción que la otra persona".

Ahora Palagi y sus colegas han descubierto que no son solo los humanos y nuestros parientes cercanos los que experimentan estos beneficios de fomento de la empatía. Por primera vez, han demostrado que los perros utilizan la mímica rápida con otros perros para reforzar los lazos sociales y obtener la misma longitud de onda lúdica.

Los hallazgos no son una gran sorpresa para Palagi, porque los perros son socialmente inteligentes de muchas otras maneras. Por ejemplo, comparten más alimentos y muestran un mayor grado de comportamiento social con los perros con los que ya son amigos que con los extraños. Además, los perros pueden leer las expresiones faciales de sus dueños, y obtienen un estallido de oxitocina, una hormona asociada con la vinculación social, simplemente mirando a los ojos de su dueño.

Para ver si los perros también se mimetizan rápidamente, Palagi y sus colegas identificaron por primera vez los comportamientos típicos del juego: las versiones perrunas de sonrisas y rayos. Uno es la "boca abierta relajada", una sonrisa canina, y el otro es el "arco de juego", una postura que provoca que los chiflados a menudo supongan que involucra las patas delanteras en ángulo hacia abajo, las patas traseras hacia arriba y la cola moviéndose.

play-bow.jpg Un perro muestra un arco de juego. (Giada Cordoni)

Durante días, las investigaciones se dirigieron a un parque en Palermo, donde los dueños de 49 purasangres y perros callejeros ofrecieron voluntariamente a sus mascotas para participar en el experimento. Palagi pidió a los dueños que dejaran que sus perros jugaran libremente mientras ella y sus colegas grababan en video las interacciones. En total, recolectaron 50 horas de grabaciones que incluyeron unas 200 sesiones de juego.

Analizaron las imágenes cuadro por cuadro para ver qué perros participaban en el juego, anotando una rápida imitación en función de si el segundo perro emulaba al primero en un segundo después de detectar la boca abierta relajada o el arco de juego.

Como informaron los investigadores esta semana en Royal Society Open Science, los perros no solo participaron en una mímica rápida, sino que el fenómeno conductual también se asoció con sesiones de juego que duraron más que los encuentros que no contenían ninguna mímica.

Los perros que ya eran amigos, como lo confirmaron sus dueños, también participaron en más mímica que los perros que eran simples conocidos, mientras que los perros que eran conocidos se involucraron en más mímica que los que se conocieron por primera vez.

"Encontramos un gradiente de mímica social rápida de acuerdo con la familiaridad de los perros", dice Palagi. "Al igual que los humanos, los perros se ven más afectados por sus amigos".

Una grabación lenta, realizada como parte de un estudio científico, muestra a un perro imitando rápidamente la expresión de otro canino durante el tiempo de juego en un parque en Palermo. (Video cortesía de Elisabetta Palagi)

"Este es un documento bien pensado que se ejecuta magníficamente y, en consecuencia, proporciona datos muy convincentes", dice Sergio Pellis, profesor de neurociencia en la Universidad de Lethbridge en Canadá. "Los autores demuestran un mimetismo rápido y un contagio emocional en un mamífero no primate, el perro, lo que establece la posibilidad de que este rasgo pueda extenderse entre los mamíferos y quizás también en otros animales".

Los hallazgos sugieren que los perros pueden experimentar alguna forma de empatía, pero se necesitarán más estudios para explorar esa hipótesis. Los investigadores también esperan realizar un estudio similar en lobos para poder investigar si la mímica es un fenómeno que se encuentra generalmente en los caninos, o si se desarrolló particularmente en perros como parte del proceso de domesticación.

Finalmente, Palagi piensa que el trabajo podría conducir a una forma de evaluar la salud psicológica de un perro.

"El contagio facial y emocional se ve muy afectado cuando los seres humanos sufren ciertos trastornos psicológicos", dice ella. "Esperamos que nuestros hallazgos puedan ser útiles para los rehabilitadores de perros en el futuro".

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