Los priones, las proteínas infecciosas que causan enfermedades como la enfermedad de las vacas locas, la tembladera, la enfermedad degenerativa crónica y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, pueden pasar a través del sistema digestivo de los cuervos, según una nueva investigación publicada en PLoS One. Los cuervos no sufren daños durante el proceso, y los científicos sospechan que las aves pueden desempeñar un papel en la transmisión de enfermedades priónicas de un lugar a otro, de un animal (o, eventualmente, humano) al siguiente.
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Para hacer este descubrimiento, los investigadores alimentaron cerebros de ratones infectados con priones de cuervos. Cuando los cuervos excretaron los cerebros digeridos unas cuatro horas después, los priones emergieron sin ningún daño. Luego, los investigadores inyectaron ratones sanos con priones recuperados de los excrementos de los cuervos, y esos ratones mostraron signos de enfermedad priónica.
Es probable que los cuervos no estén solos en su papel pasivo como transmisores de priones. Otros estudios sugieren que los insectos, las aves de corral y otros carroñeros pueden transportar pasiones pasivamente sin mostrar ningún síntoma de la enfermedad. Pero este estudio es el primero en demostrar que los priones consumidos pueden retener su capacidad de causar enfermedades incluso después de ser digeridos. Cuando se trata de enfermedades por priones, Poe puede haber tenido razón al llamar al cuervo “sombrío, desgarbado, espantoso y demacrado” una ominosa “cosa del mal” arrojada por la tempestad a hogares embrujados por el horror.
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