Venus puede ser el planeta más cercano a la Tierra y el más similar en tamaño, pero es un lugar aterrador: la atmósfera es cálida, el aire es venenoso, la lluvia está hecha de ácido sulfúrico y los volcanes salpican la superficie. También fue la inspiración para nuestra comprensión moderna de los peligros de un fuerte efecto invernadero global.
Sin embargo, a pesar de su importancia, Venus ha sido estudiado relativamente mal en comparación con algunos de los otros planetas. Después de un estallido de actividad en los años 70 y 80, nuestra atención en el gemelo ardiente de la Tierra ha disminuido en gran medida.
El orbitador Venus Express del Espacio Europeo Angecy es una excepción, y durante los últimos ocho años VEX ha estado dando vueltas alrededor del planeta. Pero ahora la nave espacial se quedó sin combustible, y su misión principal ha llegado a su fin.
Aún no contento con dejar que VEX se retire, la ESA dará un último paso para sacar todo lo que pueda de la pequeña nave espacial. En las próximas semanas, la agencia espacial maniobrará a VEX fuera de su órbita segura y lo empujará gradualmente a la atmósfera de Venus.
Los sensores sobre VEX podrán recopilar observaciones directas de la temperatura y la presión dentro de la atmósfera de Venus, dice Space Fellowship, junto con mediciones del campo magnético del planeta, las propiedades del viento solar y la composición del aire.
El aumento de la resistencia de la atmósfera cada vez más espesa probablemente matará al orbitador, dice la ESA, pero con tan pocas misiones, llegar a Venus es importante estudiar todo lo que pueda mientras esté allí.