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Este dibujante cubano dibujó la Guerra Fría para la revista MAD

Se necesitó un ilustrador cubano para capturar realmente la esencia de la inteligencia y la contrainteligencia de la Guerra Fría para el público lector de MAD .

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Después de escribir demasiadas caricaturas que criticaban a Fidel Castro, Prohías, que era un destacado dibujante e ilustrador en su país de origen, se dirigió a Nueva York, escribe Eric Grundhauser para Atlas Obscura . En ese momento, no hablaba una palabra de inglés.

"En Nueva York, Prohías trabajaba en una fábrica durante el día, mientras trabajaba en su portafolio de ilustraciones por la noche", escribe Grundhauser. Cambió la apariencia de uno de sus personajes de la tira que publicó en Cuba, El Hombre Siniestro, y le dio una contraparte: Spy vs. Spy nació.

"En 1960, pocos meses después de mudarse a la ciudad, Prohías, junto con su hija Marta, que actuaba como intérprete, entraron sin previo aviso a las oficinas de MAD Magazine", escribe Grundhauser. "Los editores se mostraron escépticos sobre el artista, pero sus tontos chistes de espías se los ganaron y había vendido tres de las tiras a la revista antes de partir ese día".

Su razón para ir a MAD con su idea, escribe la académica Teodora Carabas: le gustó el nombre de la revista. The Black Spy y White Spy han sido un elemento fijo en MAD desde entonces, apareciendo en el Departamento de Bromas y Dagas de la revista. El atractivo de la tira, que era uno de los puntos fuertes del artista, era en parte su silencio, escribe Grundhausen. Al igual que El Hombre Siniestro, las aventuras de los espías fueron sin palabras, violentas e hilarantes, dibujadas en un estilo dramático. Muchos de los chistes no son exteriormente políticos, escribe, pero Prohías dijo que El Hombre se inspiró en "la psicosis nacional del pueblo cubano".

Ese estilo se tradujo bien en un Estados Unidos en medio de la Guerra Fría. Los temas eran espionaje y artimañas, pero las mordazas, que siempre matan a un espía al final del cómic, eran lo suficientemente crudas como para volar por debajo del radar de la censura, escribe Carabas.

Además, la naturaleza en blanco y negro de Spy vs. Spy (se agregó un hermoso Grey Spy desde el principio, creando aún más conflictos entre los demás) lo hizo destacar entre otros cómics de la época, como Wonder Woman y Superman, que son los dos colores de la bandera americana.

En contraste, el mundo de dos tonos de Spy vs. Spy "enfatiza la versión de la tira de las fórmulas preparadas y su potencial para el uso propagandístico", escribe. Los dos espías se persiguen sin cesar y "sin ningún efecto aparente que no sea su acoso recíproco".

Se ven en blanco y negro, pero realmente no importa cuál es cuál.

Este dibujante cubano dibujó la Guerra Fría para la revista MAD