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Los investigadores convierten las hojas de espinaca en tejidos palpitantes

Los investigadores se han vuelto bastante buenos en el crecimiento de tejidos humanos a partir de células madre, desde células cardíacas en una placa de Petri hasta impresión 3D en orejas llenas. Pero ensamblar la vascularización compleja del tejido cardíaco no es poca cosa. Incluso las impresoras 3-D más sofisticadas no pueden fabricar la estructura. Sin embargo, como Ben Guarino escribe para The Washington Post, los investigadores del Instituto Politécnico de Worcester podrían tener una solución: usar hojas de espinaca como columna vertebral para el tejido cardíaco.

El estudio, publicado recientemente en la revista Biomaterials, ofrece una forma innovadora de resolver un problema común en la ingeniería de tejidos mirando hacia el mundo vegetal. Aunque las plantas y los animales transportan fluidos de maneras muy diferentes, sus estructuras vasculares son similares, según un comunicado de prensa.

Tome una hoja de planta y sosténgala a la luz. "¿Que ves?" Tanja Dominko, autora del estudio, le pregunta a Cyrus Moulton en el Worcester Telegram . "Ves un sistema vascular de la planta que es muy, muy similar a un sistema humano y tiene un propósito idéntico", dice ella.

Pero para usar esa estructura, los investigadores tuvieron que eliminar primero las células vegetales, dejando intacto su sistema vascular. Para lograr tal hazaña, el equipo lava las hojas con un tipo de detergente, convirtiendo la hoja de verde transparente a blanco translúcido. La estructura de celulosa restante es compatible con el tejido humano.

Como informa Guarino, los investigadores luego sembraron la espinaca con tejido cardíaco, que comenzó a crecer dentro de la hoja. Después de cinco días, presenciaron que parte del tejido se contraía a nivel microscópico. En otras palabras, la hoja de espinaca comenzó a latir. Pasaron líquidos y microperlas del tamaño de las células sanguíneas humanas a través de las hojas para mostrar que potencialmente podrían transportar sangre.

Aunque el equipo no tenía como objetivo desarrollar un corazón lleno de espinacas, esperan que el método pueda usarse para ayudar a los pacientes después de sufrir un ataque cardíaco u otro problema cardíaco. "A largo plazo, definitivamente estamos imaginando implantar un injerto en el tejido cardíaco dañado", le dice a Guarino Glenn Gaudette, bioingeniero y coautor del estudio. Esperan hacer un parche tan grueso y fuerte como el tejido cardíaco natural.

La espinaca no es el único superalimento con el que trabaja el equipo. Según el comunicado de prensa, también eliminaron con éxito las células de las hojas de perejil, ajenjo dulce y raíz de maní peluda. En el futuro, se podrían usar diferentes plantas como andamios para cultivar diferentes parches y piezas de repuesto. Por ejemplo, el tallo hueco de la joya podría ser demandado para crear arterias y la madera o el bambú podrían usarse para diseñar huesos. "Cuando piensas en la gran variedad de plantas que hay, no hay casi nada que las plantas no puedan hacer", le dice Gaudette a Moulton.

El equipo de Worcester tampoco es el único grupo que trabaja en esta idea. Andrew Pelling, de la Universidad de Ottawa, está utilizando la celulosa en rodajas de manzana para hacer crecer (un poco de miedo) los oídos humanos.

Los investigadores convierten las hojas de espinaca en tejidos palpitantes