Han pasado tres años desde que la República Democrática del Congo enfrentó su última epidemia de ébola. Ahora, un caso de Ébola ha sido confirmado nuevamente en el país, y los funcionarios de salud pública toman en serio la amenaza.
A partir del 22 de abril, nueve personas sufrieron fiebre hemorrágica, un grupo de enfermedades que atacan múltiples sistemas en el cuerpo y que resultan de una familia de virus que incluye el Ébola. Según Reuters, hasta el momento tres han muerto de fiebre, pero solo uno de esos casos ha sido confirmado como Ébola. La Organización Mundial de la Salud ha enviado especialistas al área, informa Associated Press.
El nuevo caso sugiere que el Ébola está de regreso en la República Democrática del Congo, lo que eleva el espectro no solo del brote de 2014 que enfermó a 66 y mató a 49, sino el brote mucho más grande (no relacionado) que se extendió por África occidental entre 2014 y 2016. En El brote de África occidental, señala los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 28, 000 personas fueron infectadas y 11, 325 de ellas murieron.
Alrededor del 50 por ciento de las personas que contraen la enfermedad del virus del Ébola mueren a causa de ella, escribe la OMS, aunque ese número puede variar según el brote. El virus se transmite de animales a humanos y puede propagarse rápidamente a través de una comunidad a través del contacto con la piel rota, las membranas mucosas y los fluidos corporales de una persona infectada como la sangre.
Como Smithsonian.com informó a principios de este año, se cree que una pequeña subsección de "superespagadores" es mucho más probable que transmita la enfermedad que otros, pero los investigadores aún están aprendiendo más sobre cómo se propaga la enfermedad. Dado que el ébola se incuba tan rápido, en tan solo dos o tres días, es difícil rastrear quién lo está propagando y detener el contagio antes de que avive una epidemia.
En 2016, una vacuna de prueba fue efectiva en Guinea, y Reuters informa que hay 300, 000 dosis en espera en caso de un brote generalizado.
Tanto el Congo como los trabajadores de salud pública tendrán que actuar para evitar que una pequeña bolsa de enfermedades se convierta en un brote más grande. La higiene, el contacto físico e incluso los rituales de entierro deben ser monitoreados cuidadosamente entre la comunidad para ayudar a evitar la propagación de la enfermedad, y los funcionarios supervisarán de cerca la situación para controlar la situación. Un funcionario de la OMS le dijo a Reuters que dado que el brote se encuentra en un área muy remota, "somos un poco afortunados". Con suerte, esa suerte se mantendrá y el brote será aislado.