Los dinosaurios nunca dejan de sorprender. A pesar de que los documentales y el paleoarte regularmente restauran a estas criaturas en poses realistas, el hecho es que las investigaciones en curso sobre la vida de los dinosaurios han revelado comportamientos que nunca podríamos haber esperado de los huesos solos. Entre los hallazgos más recientes se encuentra que los dinosaurios fueron capaces de excavar en el suelo en busca de refugio. Las madrigueras encontradas en Australia y Montana muestran que algunos dinosaurios pequeños y herbívoros excavaron pequeños y acogedores lugares de descanso en la tierra fría.
¿Pero cuándo desarrollaron los dinosaurios un comportamiento de madriguera? Los rastros distintivos de fósiles encontrados hasta ahora son de edad cretácea, más de 100 millones de años después de la evolución de los primeros dinosaurios. Es por eso que un nuevo artículo PLoS One de la paleontóloga Carina Colombi me llamó la atención. En la roca del Triásico de la cuenca de Ischigualasto de Argentina, informan Columbi y sus coautores, hay madrigueras de gran diámetro creadas por vertebrados que vivieron hace aproximadamente 230 millones de años. Dinosaurios arcaicos como Eoraptor y Herrerasaurus deambulaban por estos hábitats. ¿Podrían los dinosaurios ser responsables de las madrigueras?
Colombi y sus colegas reconocieron tres formas diferentes de madrigueras en la roca del Triásico. Dos tipos distintos, diferenciados por su diámetro y forma general, fueron "redes de túneles y pozos" que los autores atribuyeron a los vertebrados. El tercer tipo mostró un patrón diferente de "ramas rectas que se cruzan en ángulos oblicuos" creado por el organismo excavador y la vida vegetal. La geología y las formas de las madrigueras indican que fueron creadas por organismos vivos. El truco es descubrir qué hizo que los distintos tipos de túneles.
En el caso del primer tipo de madriguera, Colombi y sus colaboradores proponen que las estructuras fueron hechas por pequeños cinodontes carnívoros, protomamíferos achaparrados y peludos. En los otros dos casos, la identidad de los fabricantes de madrigueras no está clara. El segundo tipo incluía ejes verticales que insinúan a un culpable vertebrado. Los dinosaurios habrían sido demasiado grandes, pero, sugieren Colombi y sus coautores, otros cinodontes o los extraños y antiguos primos de los cocodrilos, como los aetosaurios o los protosuchidos, podrían haber creado las madrigueras. A menos que se encuentren restos de estos animales asociados con las madrigueras, es imposible estar seguro. Del mismo modo, el tercer tipo de rastro podría representar las actividades de los animales que se enterraron alrededor de las raíces de las plantas, pero no hay un candidato claro para el trazador.
Hasta donde sabemos ahora, los dinosaurios del Triásico no se enterraron. Aunque no eran gigantes, aún eran demasiado grandes para haber hecho fósiles reportados en la nueva investigación. Aún así, me pregunto si los dinosaurios depredadores como el Herrerasaurus, u omnívoros como Eoraptor, sacaron a los pobres y pequeños cinodontes de sus madrigueras, como los últimos deinonicosaurios rascados después de esconder mamíferos. No hay evidencia directa de tales interacciones, pero, si los animales pequeños a menudo se refugiaron del calor y la sequía en túneles fríos, tal vez los depredadores trataron de atrapar presas descansando en sus escondites. Sin embargo, una cosa es segura: acabamos de empezar a cavar más allá de la superficie de la vida triásica.
Referencias
Colombi, C., Fernández, E., Currie, B., Alcober, O., Martínez, R., Correa, G. 2012. Madrigueras de gran diámetro de la cuenca del Ischigualasto Triásico, noroeste de Argentina: implicaciones paleoecológicas y paleoambientales. PLoS ONE 7, 12: e50662. doi: 10.1371 / journal.pone.0050662