La diversión causa culpa, aparentemente.
Realmente me encanta cómo cada palabra clave en esta cita es subjetiva. ¿Inmoral? La línea imposible de cruzar de un hombre es el martes por la tarde de otro hombre. ¿Ilegal? Mucho depende del estado (probablemente sea legal en Alaska) y de la época en que se encuentre (ese imbécil de Jim Crow). ¿Engordante? Bueno, cualquier alimento engorda si comes cinco galones.
Parece que alguien (o un comité de cuerpos ocupados bien intencionados) siempre está trabajando duro para declarar cosas buenas o malas, legales e ilegales, inmorales o encomiables. Y nos erizamos ante esa clasificación. Pensamos reflexivamente: “¿engorde? Debe estar delicioso. ¿Ilegal? Debe haber algo en eso. ¿Inmoral? ¿Según quién?
Nuestra idea colectiva de diversión es, por definición, un poco traviesa. Cuanto más se nos dice que no hagamos algo, más irresistible se vuelve. La sociedad convierte la culpa y la diversión en emociones de duelo.
Agrupe esas palabras: inmoral, ilegal, engordante, y no puede evitar sonreír. Ese montón de palabras describe algo realmente tentador, solo lo sabes. Pero recuerda: mañana te sentirás horrible por eso.
(c) Jessica Hagy, 2011