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Culpe a Napoleón por nuestra adicción al azúcar

El azúcar está tan entrelazado en nuestros bocadillos, comidas y bebidas que es difícil imaginar un mundo sin él. Pero antes de 1850, esta dulce sustancia era un producto candente que solo los más ricos de la sociedad podían permitirse. Luego, a mediados del siglo XIX, Napoleón cambió todo eso, inundó el mercado europeo con azúcar asequible y tal vez provocó inadvertidamente una epidemia de obesidad y diabetes dentro de un siglo y medio.

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La Universidad de Nebraska-Lincoln escribe:

A mediados de la década de 1700, el químico alemán Andreas Margraff descubrió que tanto la remolacha blanca como la roja contenían sacarosa, que era indistinguible de la producida a partir de la caña. Él predijo entonces que el uso doméstico y la fabricación de azúcar eran posibles en climas templados, pero estas ideas no se realizarían por otros 50 años hasta que se pudieran desarrollar nuevas formas de extracción.

Durante este tiempo, el azúcar provenía de plantaciones en el Pacífico Sur. Pero el descubrimiento de la remolacha azucarera abrió nuevas rutas para cosechar el ingrediente buscado.

La BBC explica:

Gran Bretaña tuvo el monopolio del comercio de la caña de azúcar durante más de un siglo. Durante las guerras napoleónicas de principios de 1800, los británicos bloquearon las rutas comerciales de Francia con el Caribe, dejando al país con bajos suministros de azúcar.

El Consejo Europeo de Información Alimentaria elabora:

Para 1806, el azúcar de caña prácticamente había desaparecido de los estantes de las tiendas europeas. En 1811, científicos franceses presentaron a Napoleón dos panes de azúcar hechos de remolacha azucarera. Napoleón estaba tan impresionado que decretó que se deberían plantar 32, 000 hectáreas de remolacha y proporcionó asistencia para establecer las fábricas.

En pocos años había más de 40 fábricas de remolacha azucarera, principalmente en el norte de Francia, pero también en Alemania, Austria, Rusia y Dinamarca.

Napoleón alentó una nueva investigación con remolacha azucarera, escribe la Universidad de Nebraska, y para 1815, se pusieron en producción más de 79, 000 acres con más de 300 pequeñas fábricas en Francia.

Pronto, el azúcar de remolacha azucarera inundó el mercado británico, y para 1850 el azúcar era por fin asequible para todos.

La BBC continúa:

El público no podía tener suficiente de este estímulo barato y sabroso. Desde el té endulzado en el lugar de trabajo, hasta las comidas en la mesa familiar, hasta la nueva tradición de la clase trabajadora de alto contenido de té, el azúcar pronto se hizo indispensable.

El azúcar no tardó mucho en convertirse en un elemento básico del hogar, y hoy, alrededor del 35 por ciento de las 130 toneladas métricas de azúcar proviene de la remolacha azucarera. La BBC concluye:

Tan adictos éramos a este nuevo sabor, que a principios del siglo XIX consumíamos 12 libras de azúcar por cabeza. A finales de siglo, esa cantidad se había disparado a 47 libras por cabeza.

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