Fue una protesta hecha por las redes sociales: una plaza de Bucarest repleta de cientos de miles de personas, teléfonos celulares y voces levantadas en rebelión. Pero, ¿por qué la gente salió a protestar en Rumania durante el fin de semana? Como Gregory Katz y Alison Mutler informan para la Associated Press, la mayor manifestación del país desde la caída del comunismo sucedió para combatir la corrupción.
Hasta medio millón de ciudadanos participaron en seis días de protestas callejeras en toda Rumania luego de un decreto de emergencia que se aprobó el martes por la noche sin debate público. La legislación despenalizó la corrupción para los funcionarios públicos si el monto en cuestión era inferior a aproximadamente $ 48, 500, informan Katz y Mutler.
El domingo, el gobierno retrocedió de su posición, retirando el decreto. Pero muchos no se aplacan: los ciudadanos ahora se comprometen a continuar con las manifestaciones nocturnas hasta que el gobierno renuncie.
El gobierno liderado por los socialdemócratas solo ha estado en el poder desde diciembre, pero su apresurado decreto de emergencia para legalizar esencialmente la corrupción ha fracasado. Como Gregory Katz señala para Associated Press, uno de los principales beneficiarios del decreto podría haber sido el propio líder del partido, cuyo camino para convertirse en primer ministro ha sido bloqueado debido a cargos de corrupción. El presidente de Rumania, por otro lado, criticó el decreto, aunque apoya el continuo derecho del gobierno a gobernar.
La Rumanía Democrática ha luchado contra el soborno y la corrupción gubernamental. Aunque el sangriento reinado del dictador comunista Nicolae Ceausescu terminó en 1989, muchos de los compinches de Ceausescu han permanecido en el poder. Como señala Emma Graham-Harrison de The Guardian, Rumanía nunca prohibió a los antiguos funcionarios del régimen servir en el gobierno ni encontró a nadie que no sea el dictador y su familia culpables de sus crímenes.
Pero como informan Rick Lyman y Kit Gillet del New York Times, Rumania también tiene una creciente tradición de responsabilizar a sus funcionarios públicos, y una historia más antigua de movimientos de masas. En 2015, los rumanos salieron a las calles después de un trágico incendio que atribuyeron a la corrupción, y finalmente causaron la renuncia de su primer ministro y de todo el gobierno.
Las recientes protestas no fueron solo impresionantes; fueron efectivos, al menos por ahora. ¿Pero será suficiente la victoria de los ciudadanos para hacer que el nuevo gobierno cambie de rumbo? Talvez no; Tanto el Times como la AP escriben que el gobierno planea crear un nuevo proyecto de ley similar. Pero si bien los expertos dicen que el parlamento de Rumania podría aprobar una nueva legislación, Katz señala que obtener apoyo político para él es algo completamente diferente.