Una mosca negra, el vector para la ceguera de los ríos, con una larva parasitaria que emerge de la antena de la mosca. Foto: Departamento de Agricultura de los EE. UU.
La ceguera de los ríos, una de las principales causas de ceguera en el mundo, comienza cuando un pequeño gusano parásito se abre paso en la piel humana. Rastrear este parásito una vez que ingresa al cuerpo humano es un desafío. Pero ahora los científicos han desarrollado una prueba novedosa y fácil de realizar que utiliza una molécula que se encuentra en la orina para emitir un diagnóstico, informa ScienceNOW.
Después de que un gusano parásito lo hace debajo de la piel de una persona, se convierte en un adulto y libera huevos. Estos huevos se mueven a través del torrente sanguíneo del huésped, y si las larvas terminan en el ojo de una persona, y esto sucede con bastante frecuencia, es probable que se quede ciego. Se estima que 500, 000 personas en África subsahariana han perdido la vista de esta manera, escribe ScienceNOW.
Hay una variedad de medicamentos disponibles para matar los parásitos, algunos más efectivos que otros. Pero la mayoría de los tratamientos dependen de múltiples dosis a lo largo del tiempo para asegurarse de que el sistema de una persona esté completamente purgado de gusanos. Determinar si una persona realmente está libre de las plagas o no es clave para saber cuándo bombardear su sistema con medicamentos antiparasitarios y cuándo parar.
Actualmente, para ver si alguien está infectado, los médicos realizan un "corte de piel", cortando un pequeño trozo de piel del paciente y buscando gusanos en su interior. No es el método más efectivo. Los investigadores del Imperial College de Londres esperan mejorar la detección con un nuevo método que acaban de presentar en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias. ScienceNow describe el hallazgo:
Compararon las cantidades de cientos de moléculas encontradas en muestras de orina de africanos infectados y sanos y descubrieron una diferencia sorprendente: una molécula desconocida estaba presente en niveles seis veces más altos en las muestras de orina de individuos infectados que en las muestras de personas sanas. Los investigadores identificaron la molécula como el remanente de un neurotransmisor que las etapas larvales del gusano excretan y luego se descompone en el cuerpo humano antes de excretarse en la orina.
La prueba podría estar lista en tres años, dice el equipo.
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