Hace once años, Yingting Shih comenzó a enseñar conceptos básicos de fotografía en la Universidad Tecnológica China de Taiwán, pero rara vez tomaba fotografías fuera de los eventos familiares. Cinco años más tarde, decidió probar suerte con la fotografía, participando en concursos internacionales como un medio para alentar a sus estudiantes.
Ahora, Shih viaja por todo Taiwán y fotografía casi cada oportunidad que tiene.
Su cartera abarca desde paisajes exuberantes hasta momentos sinceros de personas en una calle y paisajes urbanos industriales. Sus imágenes son coloridas y están apagadas; son ruidosos y callados. Cualquier cosa que llame su atención, él dispara.
Recorrer sus fotos es un tema de lo antiguo y lo nuevo: en una imagen, un hombre aplica una nueva capa de pintura a un edificio de tres pisos, mientras una estatua de una deidad lo mira desde un arco antiguo y decorado. En otra, sus hijas corren debajo de una estatua gigante de Buda, pequeños bastiones de la vida moderna zumbando por un elemento del pasado. La lente de Shih se posa tanto en la mirada cansada de un vendedor como en los ojos excitados de sus hijas pequeñas; en la expresión atrapada de una mujer mirando por la ventana, y en los niños chapoteando libremente en una fuente.
En una imagen particularmente llamativa, un anciano se sienta en su sala de estar en una aldea de dependientes militares mirando televisión. A partir de la década de 1940, el gobierno de Taiwán erigió estas comunidades para albergar a las familias de las fuerzas nacionalistas chinas. En la década de 1990, explica Shih, el gobierno comenzó un programa para reubicar a los residentes restantes. Hace tres años, visitó unos veinte pueblos abandonados y descubrió que la mayoría de los habitantes se habían mudado, con algunas excepciones. "Vi a este anciano sentado en la sala de estar y viendo la televisión", dice. "Traté de reservar [sic] el aura de abandono y expresar el sentimiento de soledad".
Shih les dice a sus alumnos que "un buen fotógrafo debe hacer todo lo posible para revelar nuestro mundo de manera creativa". Una foto de los tallos de loto reflejados en el agua se encuentra entre sus mejores ejemplos de esta "revelación creativa", dice.
Juntos, sus imágenes pintan a Taiwán como una tierra de contrastes, de muchos colores y personajes. Shih reside en Taoyuan, pero nació en Tainan y espera tener la oportunidad de fotografiar para su ciudad natal en el futuro. "Tengo muchos buenos recuerdos en esa ciudad", dice.
Un anciano se sienta en su sala de estar en una aldea de dependientes militares, mirando televisión. (Yingting Shih)Concurso anual de fotografía de Smithsonian.com
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