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La pobreza vinculada a los cambios en el ADN que podrían conducir a enfermedades mentales

¿Cuál es el verdadero costo de la pobreza? Para los niños en los Estados Unidos, crecer pobres puede significar problemas económicos a largo plazo. Un estudio de 2008 mostró que los niños que crecen en la pobreza ganan aproximadamente un 39 por ciento menos que la mediana y reducen el producto interno bruto en un 1, 5 por ciento cada año. Y una creciente cantidad de evidencia muestra que los niños que crecen pobres son propensos a problemas de comportamiento y educación. Pero hay otro costo: una nueva investigación muestra que la pobreza está vinculada a cambios reales en la estructura del ADN de un niño que están asociados con la depresión.

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El estudio, que fue publicado en la revista Molecular Psychiatry, siguió a 183 adolescentes en el transcurso de tres años. Después de tomar muestras de sangre y analizar los síntomas de depresión, los investigadores les mostraron imágenes de rostros temerosos mientras exploraban su actividad cerebral. Investigaciones anteriores muestran que la amígdala, el centro del cerebro asociado principalmente a las reacciones emocionales, de los niños propensos a la ansiedad y la depresión tienen respuestas exageradas de estilo "lucha o huida" a los rostros asustados.

El equipo de investigación repitió estas pruebas en el transcurso de tres años, comparó los resultados de cada niño y observó cómo el gen SLC6A4, que está asociado con la producción de serotonina, cambió con el tiempo.

Durante el curso del estudio, los niños pobres tuvieron una mayor metilación de SLC6A4, una modificación que suprime el funcionamiento del gen. Los cerebros de los participantes pobres también tenían amígdalas más activas.

En general, los resultados vincularon un nivel socioeconómico más bajo con este cambio en la estructura del ADN, que se asocia con cambios en la forma en que la amígdala respondió a las amenazas percibidas. Para los niños con antecedentes familiares de depresión, la actividad de la amígdala parecía activar la depresión futura, una vía que podría explicar por qué los niños que están expuestos al estrés constante de la pobreza tienen más probabilidades de desarrollar problemas de salud mental más adelante.

No es la primera vez que el ADN se vincula con la pobreza; en 2014, por ejemplo, los científicos descubrieron que crecer en la pobreza y el estrés acorta las secuencias de ADN. Pero el descubrimiento de este vínculo entre los cambios de ADN y la depresión posterior en los niños es notable. Como el genetista de comportamiento Robert Philipbert le dice a Sara Reardon de Nature, el estudio sugiere que cambiar el entorno de un niño puede cambiar su desarrollo neurológico.

Luego, escribe Susan Scutti para Medical Daily, el equipo planea ver si hay otros marcadores de cambios genéticos relacionados con la pobreza que puedan ayudar a predecir la depresión. Quizás la investigación continuada pueda impulsar la lucha para elevar a uno de cada tres niños estadounidenses que crecen por debajo del umbral de la pobreza a un nivel socioeconómico más alto.

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