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Vivir en entornos difíciles hace que las personas sean más propensas a creer en Dios

Las sociedades humanas han desarrollado, a lo largo de milenios, miles de formas de creencias espirituales. Algunos adoran a la naturaleza; otros una sola deidad todopoderosa. Durante años, los antropólogos, los ecologistas evolucionistas y otros científicos se han preguntado por qué surgieron estas creencias cuándo y dónde lo hicieron, escribe el Washington Post ; Investigaciones recientes han demostrado que las creencias religiosas le dan a las personas una ventaja sobre la supervivencia, especialmente si creen en las deidades moralizantes que imponen leyes sobre el comportamiento humano. Según un nuevo artículo, sin embargo, es probable que haya más en la historia que esto.

Los autores del nuevo estudio coinciden en que la religión surgió por necesidad, pero señalan que el grado de necesidad no se distribuyó uniformemente en todo el planeta. En cambio, las personas que vivían en lugares más duros, donde la lluvia llegaba solo ocasionalmente, donde los inviernos eran fríos, oscuros y largos, donde los desastres naturales se extendían, eran más propensos a adoptar la religión, encontraron los autores. La aleatoriedad y la dureza de la naturaleza, en otras palabras, podrían haber dado forma a qué tipo de religión adoptaron las personas.

Para llegar a estos hallazgos, los autores examinaron los detalles de casi 600 sistemas de creencias religiosas que se recopilaron de las sociedades tradicionales de todo el mundo y se compilaron a principios del siglo XX, describe el Washington Post . Luego, superpusieron esos datos con los del entorno de cada cultura: analizaron factores como la temperatura, la lluvia, la propensión a los desastres naturales y la disponibilidad de recursos. Controlaron factores como el lenguaje, la política y la agricultura.

Encontraron que cuanto más duro era el medio ambiente, más probable era que la cultura creyera en un dios moralizante. Además, el modelo del equipo fue capaz de predecir con un 90 por ciento de precisión qué tipo de sistema de creencias seguiría una cultura, dadas sus características y el entorno que lo rodea, continúa el Washington Post . Los autores, uno de los cuales es un estudioso de estudios religiosos, le dijeron al Washington Post que creen que el estudio y sus hallazgos son "un buen ejemplo de cómo la ciencia y la religión pueden realmente vivir juntas y explorar intereses conjuntos sin ninguna animosidad".

Vivir en entornos difíciles hace que las personas sean más propensas a creer en Dios