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Solo abollar una lata de aluminio hace que las personas sean menos propensas a reciclarla

Estados Unidos genera más desechos que cualquier otro país del mundo (aunque Canadá es peor, por persona). Y gran parte de lo que los estadounidenses tiran cada año podría haber sido reciclado. Por ejemplo, aquí está la EPA en papel, que la mayoría de la gente sabe que no necesita ir a la basura:

El papel representa casi el 30 por ciento de todos los desechos que los estadounidenses tiran cada año, más que cualquier otro material. Los estadounidenses reciclaron alrededor del 63 por ciento del papel que usaron en 2010.

Las personas tienen sus razones para no reciclar. Es posible que su ciudad no recoja materiales reciclables. Es posible que no sepan que una determinada pieza de plástico, papel o aluminio puede reciclarse. Pueden ser flojos. Pero también, descubrieron los científicos, tienden a no reciclar bienes dañados.

¿Por qué todo ese papel, casi el 40 por ciento de lo que usan los estadounidenses, aterriza en el contenedor de basura en lugar del contenedor de reciclaje? Los autores de un nuevo estudio plantearon la hipótesis de que las apariencias podrían tener algo que ver con eso.

Para probar esto, reclutaron a 150 estudiantes universitarios y les dieron un par de tijeras y una hoja de papel. Pidieron a algunos de los estudiantes que cortaran su papel en pedacitos para "evaluar las tijeras", mientras que a los demás se les dijo que simplemente se sentaran allí. Luego, los investigadores pidieron a los estudiantes que limpiaran su desorden de papel al salir de la habitación.

Más del 80 por ciento de los estudiantes que no habían cortado su papel lo colocaron en la papelera de reciclaje, que estaba situada al lado del cubo de basura. Pero solo el 44 por ciento de los cortadores ponen sus trozos de papel en la papelera de reciclaje.

En un experimento separado, los autores llegaron a hallazgos similares con la lata de aluminio, otro candidato de reciclaje obvio:

También descubrimos que es más probable que las latas de aluminio se tiren a la basura cuando su forma ha sido distorsionada y que la utilidad percibida media esta relación entre el tamaño, la distorsión de la forma y el comportamiento de eliminación.

Hemos postulado y demostrado que el tamaño y la distorsión de forma aumentan la probabilidad de que un producto sea desechado porque se percibe que es menos útil y que la utilidad es un atributo de definición de categoría tanto para los reciclables como para la basura.

Si este estudio es una indicación del comportamiento en el mundo real, para muchas personas, un producto que se ve como registros desagradables o rotos como basura sin más uso. Tal vez es hora de una campaña de sensibilización pública "Los reciclables vienen en todas las formas y tamaños".

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