Los peces dorados gigantes se mudaron al lago Tahoe y comenzaron a engullir a los peces pequeños nativos. Algunos de estos peces dorados pesan cuatro libras y miden más de dos pies de largo. Son el mismo tipo de pez dorado que comprarías en la tienda de mascotas: los científicos sospechan que alguna vez vivieron en tanques de peces caseros, antes de ser arrojados al lago o sus corrientes de alimentación.
Sin embargo, sus apetitos monstruosos son un problema. Desde 1960, las poblaciones de peces nativos en Lake Tahoe disminuyeron diez veces, y los investigadores temen que este nuevo invasor solo pueda empeorar las cosas.
Sin embargo, los administradores de vida silvestre no están rindiendo el lago a la ligera. Miles de peces invasores, principalmente bluegills y lubinas, han sido retirados del lago. Fue durante esos esfuerzos de sacrificio que los científicos notaron un aumento en peces dorados de gran tamaño.
El equipo planea etiquetar algunos de los peces dorados con dispositivos de rastreo para que puedan monitorear la actividad de los animales e idear mejores formas de deshacerse de ellos. Quizás la ruta pasada de moda, entregándolos como favores de la fiesta de cumpleaños, sería una buena estrategia: los peces de colores enviados a casa con una horda de niños de seis años siempre parecen morir en unos pocos días.
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