Las poblaciones de elefantes no son las únicas amenazadas por la caza furtiva insostenible. Los cazadores furtivos de elefantes también están atacando a los buitres. Como Madeline Bolin informa en Environment 360, cada vez es más común que los cazadores furtivos envenenen el cadáver de los elefantes que cazan, para que las aves que circulan no revelen la ubicación de la matanza.
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Los guardaparques y otros agentes de la ley (que a veces son asesinados ocasionalmente por cazadores furtivos) pueden usar buitres circulares para descubrir dónde ha tenido lugar una gran matanza, por lo que es mejor para los cazadores furtivos deshacerse de la evidencia aérea. El verano pasado, hasta 600 buitres murieron después de alimentarse de un solo cadáver envenenado en Namibia.
Los buitres pueden no ser tan lindos y convincentes como los elefantes, pero son una especie amenazada. Y este es un golpe devastador para su población. Los buitres solo crían una chica cada uno o dos años, lo que dificulta el rebote de la matanza desenfrenada.
Y en África, los buitres también están siendo envenenados inadvertidamente por granjeros que intentan matar a grandes depredadores. Bolin escribe:
En todo el mundo, los granjeros protegen su ganado matando carnívoros. En África, el método preferido es el veneno. "En Kenia, nos dimos cuenta por primera vez de esta situación cuando el envenenamiento de leones, leopardos y hienas se convirtió nuevamente en un gran problema", dice Darcy Ogada, con sede en Kenia, directora asistente de programas para África del Fondo Peregrine. Los agricultores exponen cadáveres de ganado salados con veneno. "Los buitres vienen por cientos y mueren por cientos", dijo. Las muertes de buitres superan con creces a los carnívoros que los granjeros pretendían matar.
Y como si eso no fuera suficiente, las cabezas de buitres también son apreciadas en la medicina tradicional en algunas partes de África, por lo que son un objetivo para los cazadores furtivos por derecho propio. No hay soluciones fáciles para el problema, aunque los expertos han sugerido medios legales, económicos y educativos para reducir la masacre. De las 11 especies de buitres que la Lista Roja de la UICN enumera en África, nueve tienen poblaciones decrecientes, y siete están clasificadas como en peligro o vulnerables.