Del siglo IX al XIII, Angkor fue el centro del Imperio Khmer y la ciudad más grande del mundo. Caminos y canales conectaban el complejo en expansión, que incluía cientos de templos. Pero no duró.
Hoy, dos millones de personas cada año visitan el sitio en Camboya, aunque gran parte está en ruinas. Los arqueólogos e historiadores no estaban seguros de la razón del declive de Angkor, pero han especulado que la guerra con los tailandeses podría haber contribuido a la caída de la ciudad o que los jemeres podrían haber trasladado su capital a Phnom Penh para facilitar el comercio con los chinos. . Sin embargo, un grupo internacional de científicos ahora argumenta que el cambio climático también puede haber jugado un papel. Su estudio será publicado esta semana en PNAS .
Durante su dominio, Angkor cubrió un área de casi 400 millas cuadradas. Para mantener una sociedad tan grande, la ciudad tenía una vasta infraestructura que dependía de los monzones anuales para inundar las tierras bajas de la región y apoyar la agricultura. Sin embargo, un nuevo análisis de datos de anillos de árboles de las cercanas Tailandia y Vietnam muestra que el área experimentó períodos de sequía de décadas durante los siglos XIV y XV, intercalados con intensos monzones.
Los jemeres no habrían podido adaptar rápidamente su gran red de embalses y canales durante los períodos de sequía, dicen los investigadores, y la agricultura habría sufrido. Las graves inundaciones durante los monzones dañaron la misma infraestructura de la que dependían las granjas. Las tensiones económicas y políticas adicionales se habrían combinado con el clima y los problemas agrícolas resultantes, dicen los científicos, y contribuido al colapso de la ciudad.