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África acaba de recibir su primer programa de bicicletas compartidas

Dirígete a cualquier ciudad importante en los Estados Unidos y verás programas de bicicletas compartidas como CitiBike de Nueva York y B-cycle de Denver. Pero la idea ha tomado más tiempo para cruzar a África, a pesar de que la contaminación del aire ha alcanzado niveles peligrosos en muchas de las principales ciudades del continente. Ahora eso está a punto de cambiar: como Mimi Kirk informa para CityLab, África acaba de obtener su primer programa de bicicletas compartidas, uno estrechamente relacionado con un ambicioso objetivo de prevención de la contaminación en Marruecos.

Se llama Medina Bike, y fue encabezada por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial. El programa de bicicletas compartidas se encuentra en Marrakech, que actualmente alberga una importante conferencia de la ONU sobre cambio climático que determinará cómo las naciones que firman el ambicioso Acuerdo de París frenarán el uso de combustibles fósiles. Kirk escribe que aunque el proyecto fue concebido por la ONUDI, continuará después de la conferencia.

En un comunicado, la ONUDI señala que la bicicleta compartida, la primera de África, pondrá a disposición 300 bicicletas en Marrakech en diez estaciones de alquiler. La opción menos costosa hace que una bicicleta esté disponible por un día entero por el equivalente a cinco dólares. Kirk señala que el programa puede servir como piloto para futuras iniciativas en otras ciudades africanas.

Existen barreras históricas para el uso de la bicicleta en algunas partes de África. Como informa Richard Hamilton de la BBC, los desafíos de infraestructura como los baches en algunas ciudades requieren el uso de bicicletas más resistentes, lo que significa un precio más alto y a menudo inaccesible. Y como informa The Economist, hay poca infraestructura específica para bicicletas en muchas ciudades, lo que genera riesgos de seguridad para quienes viajan en dos ruedas.

Eso no significa que no valga la pena explorar el uso compartido de bicicletas. Las bicicletas tienen un impacto ambiental documentado ya que no queman combustibles fósiles ni producen contaminación del aire, y las personas que participan en bicicletas comparten menos accidentes, realizan más actividad física y sienten que los programas les ahorran dinero.

El programa también podría tener otro beneficio: servir como un recordatorio visible para aquellos que se reúnen en Marrakech para cambiar la forma en que sus países manejan el transporte. En 2010, el 14 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provenían del transporte, y según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las emisiones de CO2 del transporte aumentaron casi el 54 por ciento entre 1990 y 2010 en África. Quizás la vista de Medina Bikes en Marrakech estimulará a los líderes mundiales a seguir impulsando nuevas formas de trasladar a las personas sin arrojar contaminación al aire, lo que demuestra que compartir bicicletas es mucho más que una ingeniosa forma de moverse por la ciudad.

África acaba de recibir su primer programa de bicicletas compartidas