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El corazón real de Cyborg late en Harvard

Foto: Stephen Poff

"Un robot más aprende a ser // Algo más que una máquina", ronronea una canción popular de Flaming Lips. Ahora, los investigadores de Harvard se están acercando a esa realidad soñadora. Infundieron células cardíacas de rata con cables y transistores que monitorean los impulsos eléctricos del tejido. En el futuro, informa el New Scientist, esos elementos cyborg podrían incluso controlar también el comportamiento del tejido orgánico.

"Le permite a uno desdibujar efectivamente el límite entre los sistemas electrónicos, inorgánicos y los orgánicos, biológicos", dice Charles Lieber, líder del equipo de tejido cyborg.

Los tejidos artificiales se pueden cultivar a partir de materiales biológicos, pero los investigadores no han logrado hacerlos eléctricamente activos. Del mismo modo, se han agregado componentes eléctricos a los tejidos cultivados, pero nunca se han integrado en sus estructuras, por lo que solo quedaron adiciones en la superficie. El equipo de Lieber combinó estos dos logros de investigación para crear su tejido cyborg eléctricamente vivo. Para hacer esto, diseñaron redes 3D de nanocables conductores y los implantaron con sensores de silicio. Los cables pequeños y flexibles permitieron que el tejido continúe creciendo alrededor de un andamio que contiene elementos biológicos como el colágeno.

Crecieron neuronas de rata, células cardíacas y músculos en su red híbrida. Las células del corazón finalmente comenzaron a contraerse, y los investigadores siguieron la frecuencia de sus latidos utilizando las lecturas de la red mecánica. También experimentaron agregando un medicamento al tejido, lo que aumentó su tasa de latidos y, por lo tanto, indicó que estaba respondiendo como lo haría cualquier corazón de rata normal.

Al pasar de las ratas, el equipo hizo crecer un vaso sanguíneo humano, de aproximadamente 1, 5 centímetros de longitud, e incluyó sus cables cyborg tanto dentro como fuera del tubo circulatorio de cosecha propia. Registraron sus señales eléctricas y detectaron patrones que, según dicen, podrían dar pistas sobre la inflamación, la enfermedad cardíaca inminente o el crecimiento de tumores si dicho sistema se implantara en los cuerpos vivos.

Los investigadores dicen que su próximo paso es "conectar el tejido y comunicarse con él de la misma manera que lo hace un sistema biológico". En otras palabras, para cerrar el vacío entre la vida y la máquina.

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