En el documental Il Capo, The Chief, de Yuri Ancarani, lo visual es impresionante. El cineasta se centra en un jefe de cantera que utiliza gestos con las manos para guiar la excavación hasta el momento en que se liberan enormes bloques de mármol de la ladera de la montaña, en Carrara, Italia. El mármol es blanco, con vetas delgadas y oscuras a través de él: David y Pieta de Michangelo, el Panteón y tal vez incluso la placa de mármol de la lápida de Thomas Jefferson se hicieron de esta roca, que ha sido elogiada desde la antigua Roma.
El sitio web del canal de video Nowness nos ofrece este extracto y los pensamientos de Ancarani:
"Me sorprendió mucho el jefe, viéndolo trabajar", dice Ancarani, cuya película se muestra actualmente como parte de Artists 'Films International, un programa itinerante de cine, video y animación, en la Galería Whitechapel en Londres. “Cómo puede mover bloques de mármol gigantescos usando enormes excavadoras, pero sus propios movimientos son ligeros, precisos y determinados.
No hay indicación en este extracto si las puntas de dígitos faltantes de il capo están relacionadas con su trabajo. Pero una publicación de blog de Kelly Borsheim observa que ninguno de los trabajadores que vio en Carrera llevaba protección para los oídos, los pulmones o las manos.
El profesor de Stanford, Marc Levoy, documentó el proceso de extracción de mármol en otro, a cielo abierto cercano en Pietrasanta. Señala que muchas otras canteras de mármol en todo el mundo son minas. El escribe:
Durante el Renacimiento, el mármol se extraía insertando clavijas de madera en grietas naturales en la roca, y luego vertía agua sobre las clavijas para que se hincharan. Finalmente, la roca se partiría, liberando un trozo de mármol. La herramienta principal de las canteras modernas es un cable de 1 cm de diámetro, equipado a intervalos de 5 cm con collares con tachuelas de diamantes. Se taladran agujeros en la montaña, el cable se pasa a través de los agujeros para formar un bucle, y el bucle es impulsado a alta velocidad por un motor eléctrico.
Las condiciones de trabajo en estas minas de mármol han sido históricamente opresivas. Un artículo del New York Times de 1894 informa que muchos de los trabajadores de la cantera eran ex convictos y "prófugos de la justicia". Las condiciones crean una cuna para la revolución en Carrara, y se convirtió en "el semillero original del anarquismo en Italia". Ese momento político puede haber pasado, pero un aspecto de la vida en la cantera se ha mantenido constante: este es un trabajo duro.