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Un globo fotovoltaico podría llevar electricidad a las zonas de desastre

Terremotos, tornados, incendios e inundaciones; Los desastres vienen en una variedad de formas. Y dependiendo de cuándo y dónde ocurran, el trabajo de las agencias de ayuda puede ser difícil. Los trabajadores de ayuda necesitan electricidad para ayudar a los afectados, ya sea para establecer hospitales y refugios temporales, o para localizar a los sobrevivientes en los restos.

Los generadores diésel se llevan con frecuencia para hacer el trabajo, pero requieren un flujo constante de combustible. Entonces, ¿qué pasaría si hubiera una manera de proporcionar energía confiable independiente de la logística de la línea de suministro? Esa es la idea detrás del globo fotovoltaico Zephyr, que utiliza energía solar para proporcionar electricidad en una zona de desastre.

La ingeniera Karen Assaraf y los diseñadores Julie Dautel y Cédric Tomissi asistieron a Le Laboratoire, un centro de arte y diseño contemporáneo en el centro de París, para reflexionar sobre "energía para el futuro" y competir por el Premio ArtScience de París. Centrándose en situaciones que amenazan la vida donde la energía era imprescindible, los tres estudiantes imaginaron un dispositivo autónomo que podría instalarse fácilmente en lugares remotos para generar electricidad. Esa idea cristalizó en un generador ecológico.

Camp02.jpg (Julie Dautel)

Inspirado en "objetos voladores" como cometas y satélites, al trío se le ocurrió el concepto del Zephyr. Es esencialmente un globo grande, capaz de capturar energía solar, y una estación base alojada en una caja portátil. La base se compone de tres secciones principales: una computadora a bordo, un compartimiento de agua y un cajón que almacena el globo y su cable de despliegue.

Así es como funciona: el caso se transporta a una zona de desastre. Retira el globo del cajón y lo abre en el suelo para que pueda comenzar a recolectar energía solar de inmediato. Ahora agregue agua. Zephyr tiene un electrolizador a bordo que utiliza nueve litros de agua para producir hidrógeno para inflar el globo, que se conecta a la base con el cable.

El equipo se asoció con el Instituto de Investigación y Desarrollo de Energía Fotovoltaica (IRDEP) para desarrollar el globo. Construido con una vela de plástico de hidrógeno, está cubierto con una película delgada hecha de cobre, indio, galio y seleniuro (CIGS) que absorbe la energía solar. El globo puede volar hasta 165 pies y tiene un mecanismo de dirección, lo que garantiza que reciba la máxima exposición al sol.

ZEPHYR-vue-du-sol-1.jpg

La electricidad viaja por el cable hasta la base, donde se almacena en nueve baterías de alta capacidad. Un transformador estandariza la electricidad a los requisitos especificados y distribuye la energía, permitiendo que la producción y el consumo de energía ocurran en el mismo lugar.

Los creadores de Zephyr estiman que cada unidad puede proporcionar suficiente energía para iluminar y calentar hasta 15 carpas en un área de desastre, así como también establecer una red de telecomunicaciones. El concepto todavía está en las etapas de desarrollo, pero está recibiendo un gran reconocimiento.

A principios de este año, el proyecto obtuvo un Premio ArtScience de París y finalmente ganó el Challenge Humanitech 2014. Además, el Zephyr ganó el Día de lanzamiento empresarial, organizado por HEC Paris, y el Desafío de EDF para compartir energía en la ciudad, 2030.

Es posible que estos tres estudiantes no hayan encontrado una manera de convertir el agua en vino, pero convertir el agua en energía puede ser tan milagroso cuando ocurren los desastres.

Este artículo fue publicado originalmente por el equipo editorial de XPRIZE, que diseña y opera concursos incentivados para lograr avances radicales en beneficio de la humanidad.

Un globo fotovoltaico podría llevar electricidad a las zonas de desastre