Los huevos de dinosaurio eran cosas maravillosas. Para los dinosaurios, la reproducción poniendo huevos puede haber jugado un papel importante en por qué muchas especies alcanzaron tamaños enormes. Y para los animales que se alimentaban de ellos, los huevos de dinosaurio eran sabrosos paquetes de proteínas. A principios del año pasado, por ejemplo, los investigadores anunciaron el descubrimiento de una serpiente prehistórica que probablemente aplastó los huevos de saurópodos para alcanzar los embriones de dinosaurios en su interior. Ahora los paleontólogos Jorge Genise y Laura Sarzetti han propuesto que las avispas también pueden haber aprovechado al máximo los huevos de dinosaurio.
La roca del Cretáceo de Argentina ha producido muchos huevos de dinosaurio. El huevo en el centro del nuevo estudio era parte de un embrague encontrado en rocas que datan de hace aproximadamente 77 millones y 67 millones de años. Había cinco huevos esféricos en total, pero uno era especial. Agrietado por la mitad, el fósil conserva ocho capullos en su interior. Estas eran estructuras delicadas, del tipo que no se podía transportar sin dañar o destruir los capullos, por lo que parece que la asociación entre el huevo y los capullos es real y no atribuible a algún accidente de conservación. Los invertebrados habían estado usando este huevo de dinosaurio, pero ¿qué tipo de criaturas y por qué?
Según lo reconstruido por Genise y Sarzetti, el huevo que contiene el capullo probablemente se rompió por algún tipo de fuerza que no afectó a los otros huevos en el embrague. (Si el huevo hubiera sido aplastado durante el entierro en sedimento, por ejemplo, los otros huevos en el embrague se habrían roto de manera similar, pero no lo estaban). Exactamente qué se rompió el huevo es desconocido, pero como señalan los paleontólogos, el huevo se habría llenado de sedimento sin dejar de descomponerse. Esto convirtió el huevo en una fuente de alimento y un lugar donde los carroñeros de insectos podrían excavar en el suelo que llena la estructura.
Se desconoce exactamente a qué especie de insecto pertenecían los capullos, pero la estructura de los capullos conservados se parece más a la de los capullos de avispa. Este hallazgo ayuda a desarrollar la historia de lo que sucedió con el huevo después de que fue aplastado. La ubicación y orientación de los capullos parece ajustarse a un patrón de avispas parasitoides que rastrean arañas y grillos en sus propias madrigueras, las inmovilizan y luego ponen huevos sobre ellas. Si es correcto, esto significa que las avispas llegaron relativamente tarde al huevo de dinosaurio podrido; las avispas estaban allí para aprovechar los otros invertebrados que se habían alimentado y enterrado en la improvisada casa. Aún así, a pesar de que no se alimentaron directamente del huevo de dinosaurio muerto, las avispas habrían formado parte de un equipo de limpieza prehistórico, un ecosistema temporal cuya existencia conocemos ahora gracias a la posibilidad de preservación de un huevo especial.
Referencias
GENISE, J. y SARZETTI, L. (2011). Capullos fósiles asociados con un huevo de dinosaurio de la Patagonia, Paleontología Argentina, 54 (4), 815-823 DOI: 10.1111 / j.1475-4983.2011.01064.x