Puede pensar que es consciente de la seguridad, pero su cuerpo y sus hábitos lo traicionan. Los expertos en datos no solo pueden deducir su identidad de las oscilaciones únicas en video de las cámaras montadas en el cuerpo, sino que aparentemente todo lo que realmente necesitan es dónde y cuándo usa su tarjeta de crédito. Sin necesidad de otros datos personales (su nombre, dirección o números de cuenta), ya saben quién es usted.
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O al menos, los investigadores del MIT saben quién eres. Más bien, han demostrado que pueden descubrirlo en un nuevo estudio publicado en Science . Observaron tres meses de datos de 1, 1 millones de usuarios de tarjetas de crédito en un país no identificado. Para Scientific American, Larry Greenemeier informa:
Utilizando tanto la información de la tarjeta de crédito como de la transacción, los investigadores identificaron al 90 por ciento de las personas en el conjunto de datos. Cuando agregaron los precios exactos de las transacciones a la mezcla, aumentaron su capacidad para volver a identificar registros anónimos en un 22 por ciento. Los investigadores descubrieron que podían identificar a las personas incluso si solo conocían su ubicación general o un marco de tiempo durante el cual las personas compraban.
Los grupos de personas más fáciles de identificar fueron las mujeres y las personas que ganaron más.
Una encuesta de un grupo de consultoría con sede en Boston muestra que las personas son muy conscientes de la sensibilidad de los datos de las tarjetas de crédito. Una proporción muy grande de estadounidenses, el 87 por ciento, piensa que dichos datos son moderada o extremadamente privados. Solo el 68 por ciento está tan preocupado por su salud y datos genéticos. Entonces, ¿por qué dejamos que tanta gente tenga en sus manos los datos de la tarjeta de crédito? En Science, los investigadores señalan que "los conjuntos de datos financieros se han utilizado ampliamente para la calificación crediticia, la detección de fraudes y la comprensión de la previsibilidad de los patrones de compra". El artículo es parte de un paquete que la revista de investigación llama "El fin de la privacidad".
El gran mensaje del nuevo estudio, escribe Greenemeier, es que incluso cuando los datos están "desidentificados", no son necesariamente seguros. Eso pone muchas de nuestras leyes de anonimato, como las requeridas por la Ley de Responsabilidad y Portabilidad del Seguro de Salud (HIPAA), en terreno inestable.