Durante años, cuando los museos, los libros de texto u otros medios intentaron ilustrar cómo se vería en la carne un esqueleto humano antiguo en particular, su método era ciertamente poco científico: básicamente tenían que hacer una suposición educada.
Ahora, sin embargo, un grupo de investigadores de Polonia y los Países Bajos ha ofrecido una nueva opción notable, descrita en un artículo que publicaron en la revista Investigative Genetics el domingo. Al adaptar los métodos de análisis de ADN desarrollados originalmente para investigaciones forenses, han podido determinar el color del cabello y los ojos de los humanos que vivieron hace 800 años.
El método del equipo examina 24 ubicaciones en el genoma humano que varían entre individuos y juegan un papel en la determinación del color del cabello y los ojos. Aunque este ADN se degrada con el tiempo, el sistema es lo suficientemente sensible como para generar esta información a partir de muestras genéticas, tomadas de dientes o huesos, que tienen varios siglos de antigüedad (aunque las muestras más degradadas solo pueden proporcionar información sobre el color de los ojos).
Como prueba de concepto, el equipo realizó el análisis para varias personas cuyo color de ojos y cabello ya conocemos. Entre otros, probaron el ADN de Władysław Sikorski, un ex primer ministro de Polonia que murió en un accidente aéreo en 1943, y determinaron que Sikorski tenía ojos azules y cabello rubio, que combinaba correctamente con las fotografías en color.
Pero la aplicación más útil del nuevo método es proporcionar nueva información. "Este sistema se puede usar para resolver controversias históricas en las que faltan fotografías en color u otros registros", dijo el coautor Manfred Kayser, de la Universidad Erasmus en Rotterdam, en un comunicado.
Por ejemplo, en el artículo, los investigadores analizaron el color del cabello y los ojos de un esqueleto femenino enterrado en la cripta de una abadía benedictina cerca de Cracovia, Polonia, en algún momento entre los siglos XII y XIV. El esqueleto había sido de interés para los arqueólogos durante algún tiempo, ya que los monjes varones solían ser las únicas personas enterradas en la cripta. El análisis del equipo mostró que tenía ojos marrones y cabello rubio oscuro o castaño.
El equipo aún no está seguro de la edad que debe tener un esqueleto para que su ADN se degrade más allá del uso: la mujer enterrada en la cripta fue la más antigua probada, por lo que es concebible que incluso funcione para personas que han estado en el suelo por más de un milenio. Los investigadores sugieren que este tipo de análisis pronto podría convertirse en parte de un conjunto de herramientas antropológicas estándar para evaluar restos humanos.