Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal parece respaldar científicamente lo que muchos han sospechado durante mucho tiempo: para las personas lesbianas, homosexuales y bisexuales, salir proporciona un beneficio tangible en términos de salud biológica y mental.
Los hallazgos, publicados hoy en la revista Psychosomatic Medicine (el documento aún no está vinculado en línea), son el resultado de un estudio originalmente destinado a ver si, en general, las personas lesbianas, gays y bisexuales tenían niveles más altos de cortisol, una hormona cuya presencia en el cuerpo refleja el estrés crónico, así como una mayor probabilidad de síntomas psiquiátricos negativos autoinformados, como ansiedad y depresión. La hipótesis original de los investigadores era que las personas en este grupo tendrían más probabilidades de sufrir estos síntomas.
Sus principales hallazgos fueron una sorpresa: entre su muestra de 87 participantes, los hombres homosexuales y bisexuales en realidad tenían una probabilidad ligeramente menor de depresión y ansiedad, junto con niveles de estrés más bajos (como lo indica el cortisol y otros 20 biomarcadores) que los hombres heterosexuales.
Sin embargo, quizás lo más significativo fue el hallazgo secundario que ni siquiera habían estado buscando: en su estudio, las personas lesbianas, homosexuales y bisexuales tendían a tener niveles de estrés más bajos y una menor probabilidad de síntomas depresivos si aparecían a amigos y familiares que aquellos que habían mantenido en secreto su orientación sexual. "Salir", escriben los autores, "puede que ya no sea un tema de debate popular, sino de salud pública".
El equipo de investigación, en un estudio dirigido por Robert-Paul Juster, llegó a la conclusión después de invitar a los residentes de Montreal de diversas orientaciones sexuales a participar en una serie de evaluaciones de salud. Los participantes, de alrededor de 25 años, completaron encuestas sobre su salud mental y proporcionaron muestras de saliva, sangre y orina para que los investigadores pudieran examinar una variedad de biomarcadores químicos que reflejan el estrés crónico. Estos biomarcadores (cortisol, junto con los niveles de insulina, azúcar, colesterol, adrenalina e inflamación) en conjunto se conocen como carga alostática.
Descubrieron que, dentro del grupo de 46 participantes lesbianas, gays o bisexuales, las 31 personas que habían salido tenían niveles de cortisol notablemente más bajos que las 15 que no habían revelado su orientación a los demás. Además, las respuestas de la encuesta indicaron que el primer grupo tenía menos síntomas de depresión o ansiedad que el otro grupo.
Es cierto que el tamaño limitado de la muestra del estudio significa que estos resultados no pueden interpretarse como definitivos, y se necesitan más estudios para confirmar que son válidos en un nivel generalizado. Pero los resultados siguen siendo fascinantes y podrían tener importantes implicaciones médicas. Un mayor nivel de estrés, medido en términos de carga alostática, se ha relacionado con todo, desde enfermedades cardiovasculares hasta un mayor riesgo general de muerte.
Si la salida proporciona un medio para reducir los riesgos de estas dolencias relacionadas con la salud, escriben los investigadores, proporciona otra razón por la cual, como Juster declaró, "internacionalmente, las sociedades deben esforzarse por facilitar la autoaceptación entre los LGB promoviendo la tolerancia, progresando política y disipar el estigma ".