https://frosthead.com

Las aguileñas y sus polinizadores: un cuento evolutivo

La radiación adaptativa es un principio en biología evolutiva en el que una especie, en respuesta a oportunidades en su entorno, se adapta y desarrolla rápidamente nuevos rasgos y se diversifica en muchas especies. Un ejemplo de radiación adaptativa se encuentra en las flores de la aguileña (género Aquilegia ), un grupo de unas 70 especies que tienen espolones de néctar que se extienden desde la base de los pétalos de las flores. Lo que hace que estas espuelas sean especiales es que cada especie tiene espuelas de diferente longitud, aparentemente adaptadas al polinizador de esa especie, ya sea un colibrí, un halcón o una abeja.

Los científicos desde Charles Darwin han observado ejemplos similares de radiación adaptativa, pero no han podido describir lo que sucede a escala celular o genética. "Darwin, observando las orquídeas, reconoció que el espolón de néctar extraordinariamente largo en el Angraecum debe haber evolucionado en concierto con la lengua igualmente larga de la polilla que lo polinizó, pero el mecanismo exacto para este tipo de adaptación ha sido una cuestión de especulación". dice Sharon Gerbode de la Universidad de Harvard.

Gerbode y sus colegas de Harvard y la Universidad de California en Santa Bárbara investigaron ese mecanismo en las aguileñas e informaron sus hallazgos en las Actas de la Royal Society B. Durante décadas, los científicos habían pensado que las diferencias en la longitud del espolón de néctar se debían a la cantidad de células en el espolón de néctar. Pero cuando los investigadores contaron el número de células y calcularon el área y el grado de alargamiento de cada célula, que requirió más de 13, 000 mediciones en varias especies, descubrieron que los supuestos estaban equivocados. Casi toda la diferencia en la longitud del estímulo puede atribuirse a la longitud de las células.

En cada especie, la división celular en el espolón de néctar se detiene cuando el espolón tiene aproximadamente 5 milímetros de largo. Luego, las espuelas comienzan a alargarse, y cuántos días pasan creciendo determina la longitud final de la espuela.

"Ahora que entendemos la verdadera base de desarrollo para la primera aparición y diversificación de las espuelas, podemos hacer conjeturas más informadas sobre qué genes contribuyeron al proceso", dice la coautora del estudio Elana Kramer. La investigación adicional debería dar a los científicos una idea de la base genética detrás de la radiación de este género.

Echa un vistazo a la colección completa de Imágenes de la semana de Surprising Science y obtén más noticias científicas de Smithsonian en nuestra página de Facebook.

Las aguileñas y sus polinizadores: un cuento evolutivo