Foto: Wally Hartshorn
Los peruanos domesticaron la batata por primera vez hace unos 8, 000 años. Y aunque la cosecha se extendió desde allí, los medios por los que viajó siempre han sido polémicos. Una posibilidad era que los marineros polinesios lo trajeron por primera vez a casa desde el otro lado del océano: la evidencia más antigua de batata carbonizada en el Pacífico se remonta a alrededor de 1, 000 DC, 500 años antes de que Colón navegara a las Américas. La palabra polinesia para la batata se parece también a la palabra del pueblo quechua de los Andes centrales para la verdura.
Pero el escenario marinero polinesio siempre fue solo una corazonada. Estudiar el linaje genético de la planta siguió siendo complicado porque los europeos a menudo mezclaban variedades mexicanas, caribeñas y polinesias, barriendo el rastro molecular de las migajas. Pero los investigadores franceses se toparon con una solución: muestras de camote conservadas en herbarios centenarios reunidos por algunos de los primeros visitantes europeos en Polinesia. Al analizar la genética de estas batatas, informa ScienceNOW, los investigadores encontraron evidencia de que los marineros polinesios, en lugar de los exploradores españoles o portugueses, introdujeron el ñame ahora omnipresente en el sudeste asiático y el Pacífico.
Los investigadores compararon las muestras de herbario con batatas modernas y especímenes más antiguos y encontraron pruebas sólidas de contacto prehistórico entre Polinesia y América del Sur. ScienceNOW:
Este hallazgo respalda la llamada hipótesis tripartita, que argumenta que la batata se introdujo en la región tres veces: primero a través del contacto premoderno entre Polinesia y América del Sur, luego por comerciantes españoles que navegaban hacia el oeste desde México, y comerciantes portugueses que llegaron al este desde el Caribe. Las variedades españolas y portuguesas terminaron en el Pacífico occidental, mientras que la variedad sudamericana más antigua dominó en el este, lo que explicaría las diferencias genéticas que el equipo francés vio.
Tan ampliamente utilizado como lo es ahora, la batata podría desempeñar un papel aún más importante en la alimentación de las personas en todo el mundo: el cambio climático puede ayudar a que las raíces crezcan aún más.
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