De todas las formas en que el mundo industrializado ha invadido a los pueblos indígenas de la Amazonía, es posible que no piense que la intervención más desastrosa es también la más simple: la comida gratis.
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ComprarPero esa es una conclusión de una nueva investigación dirigida por el ecólogo de Stanford, José Fragoso. El estudio, el más grande de su tipo, se basó en entrevistas con unos 9.600 indígenas en el sur de Guyana y encuestas de poblaciones de vida silvestre de más de 46, 000 kilómetros cuadrados, un área casi del tamaño de Costa Rica. Los investigadores contaron las poblaciones de las aldeas y utilizaron imágenes de satélite para medir la cubierta forestal. Luego conectaron esos datos sin precedentes a una supercomputadora, ejecutaron programas elaborados para predecir los impactos de múltiples intervenciones en múltiples resultados, y proyectaron esos hallazgos en el futuro.
Lo que descubrieron es que los ecosistemas pueden sobrevivir, aunque en forma disminuida, si pequeñas cantidades de bosque se convierten en tierras de cultivo. Pero traer consumibles externos puede empujar a los ecosistemas locales más allá del punto de ruptura. Por ejemplo, mientras que una aldea podría crecer en un 40 por ciento en los 100 años posteriores a que los trabajadores de salud introduzcan medicamentos comerciales, un aumento sostenible, esa aldea podría duplicar su tamaño en aproximadamente el mismo período si comenzara a depender de alimentos externos, según la investigación. Y esa población más grande conduciría al colapso del ecosistema circundante, porque los aldeanos tendrían que matar más vida silvestre y limpiar más tierras de cultivo para sobrevivir.
La investigación sugiere cómo proteger mejor los lugares salvajes que quedan en el mundo y las personas que viven en ellos. Fragoso está trabajando con gobiernos y otros para ayudar a las aldeas amazónicas a mantener la autosuficiencia. En lugar de transportar camiones en cajas de comida, dice, cree empleos para preservar los idiomas locales. No está en contra de ayudar a las personas necesitadas: "Es una cuestión de cómo lo hacemos mejor, en lugar de no hacerlo en absoluto".
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Este artículo es una selección de la edición de junio de la revista Smithsonian
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