https://frosthead.com

Nuevas rutas a las viejas raíces

En los 25 años transcurridos desde que los estadounidenses se quedaron clavados en sus televisores mirando Roots —la biografía familiar de Alex Haley—, la genealogía, alguna vez considerada el recinto de las damas de sangre azul con perlas, se ha convertido en uno de los pasatiempos más populares de Estados Unidos. Los expertos, escribe la autora Nancy Shute, citan una serie de razones, además de Roots, para esta tendencia, incluido un creciente orgullo por el origen étnico, la proliferación de sitios de genealogía en Internet y la comprensión de los baby boomers de que la generación de sus padres está disminuyendo.

Hoy en día, miles de aficionados a la genealogía acuden en masa a la Biblioteca de Historia Familiar de Salt Lake City, la colección de registros genealógicos más grande del mundo, para buscar a sus antepasados. (La biblioteca fue establecida por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o la Iglesia Mormona, para ayudar a los mormones a encontrar a sus antepasados ​​y bautizarlos retroactivamente en la fe. Ahora, sus archivos cubren más de cien países). También va en línea. La primavera pasada, cuando la autora Shute comenzó a buscar información sobre sus abuelos, fue al Archivo de la Isla Ellis, que ofrece una base de datos de los 22 millones de personas que pasaron por la isla y el Puerto de Nueva York entre 1892 y 1924. En breve, encontró a su abuela y, más tarde, con asistencia adicional de la Biblioteca de Historia Familiar, la historia de su abuelo.

Hasta hace poco, a pesar de la popularidad de Roots, muchos afroamericanos suponían que no tenía sentido tratar de encontrar a sus propios antepasados ​​porque no habría registros. Pero los tiempos están cambiando. Maria Goodwin, quien es historiadora de la Casa de la Moneda de los Estados Unidos y enseña genealogía afroamericana en el Museo Smithsonian de Anacostia, señala que los registros se pueden encontrar en los viejos registros de impuestos y testamentos de los propietarios de esclavos.

Goodwin también usa el pasado para señalar el futuro: ahorre tanto como sea posible para los genealogistas del mañana. "Escriba sus recuerdos y guarde sus fotografías", dice ella. "Piensas, 'No soy nadie especial', pero eres parte de la imagen total. Necesitamos a todos, no solo a los jefes de las corporaciones. Todos somos parte de la historia".

Nuevas rutas a las viejas raíces