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Las moscas, las ardillas y otras criaturas diminutas ven el mundo en cámara lenta

Pequeñas criaturas como las ardillas y los colibríes están bajo la amenaza constante de ser comidos. Y es por ese riesgo, razonan los científicos, que han evolucionado para percibir el mundo a una fracción del ritmo que las especies más grandes: el mundo siempre parece operar a una escala temporal mucho más lenta para estas pequeñas criaturas.

i09 describe el rango dinámico de la percepción visual:

Todo lo que necesita hacer para obtener esta impresión es simplemente observar cómo un pájaro pequeño, como un periquito, se retuerce mientras escanea su entorno. Lo que parece un comportamiento casi espasmódico para nosotros es un animal que esencialmente trabaja a una "velocidad de reloj" más rápida (por así decirlo). Para ellos, los humanos, o depredadores más grandes, parecen moverse en cámara lenta; Es probable que parezcamos increíblemente lento y engorroso a través de esos ojos.

Los investigadores que escribieron en el diario Animal Behavior confirmaron esta observación con una medida llamada frecuencia crítica de fusión de parpadeo, o la frecuencia más baja a la que un animal puede notar que una luz parpadea en lugar de permanecer constante. Las habilidades de los animales para percibir ese parpadeo, explican, es un proxy de la tasa de procesamiento de información de su sistema visual. El equipo compiló la frecuencia crítica de fusión de parpadeo de la literatura científica publicada para alrededor de 30 especies, incluidas lagartijas, anguilas, pollos, tortugas laúd y gatos. (Los científicos determinan ese valor "entrenando condicionalmente a un animal para que responda a un cambio en su percepción de un destello de luz").

El equipo descubrió que cuanto más rápido era el metabolismo de los animales, más experto era en detectar parpadeos rápidos. Las moscas, por ejemplo, pueden percibir estímulos visuales cuatro veces más rápido que nosotros. "La generalidad de estos hallazgos sugiere que la resolución temporal puede desempeñar un papel mucho más importante en la ecología sensorial que lo indicado anteriormente, en particular debido a sus efectos universales relacionados con el tamaño del cuerpo", concluyen los autores. Esto explica por qué es tan difícil acercarse sigilosamente a una mosca. Afortunadamente, sin embargo, los humanos se destacan intelectualmente donde fallamos visualmente: para eso están las matamoscas.

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